Tenemos un don

En muchos Centros de Salud de España, mientras esperas la llamada de la médico o del enfermero, un sonriente cartel te avisa: "Tú tienes un don. Hazlo saber". Se refiere a los donantes de órganos, las personas que han decidido unirse a la lista de hombres y mujeres que, si fallecen, quieren que alguno de sus órganos ayude a otra persona a vivir. Tienes un don. Efectivamente, ser donante es tener un don, una disposición especial a ayudar. Si alguna vez se hiciera un estudio sobre aquello de lo que los españoles pueden estar más orgullosos, es muy probable que no fuera un equipo de fútbol, ni un jugador de tenis, ni un cantante u actor quien se llevara la palma.

Serían muy probablemente los creadores y actuales organizadores del Servicio Nacional de Trasplantes, la institución que se encarga de tener a punto un complejísimo sistema que conecta donantes y receptores, hospitales, médicos, y enfermos. Porque no basta con ser uno de los primeros países en cuanto a número de donantes, hace falta también disponer de una poderosa red, una capacidad de coordinación formidable. Hace falta ser un país civilizado y eficiente. Algo que deberíamos recordar al ver el cartel de ambulatorio. Tenemos un don.