José Luis Villacañas: "Por primera vez en la historia de España existe un nacionalismo español popular"

Madrid

Cada respuesta de José Luis Villacañas es una reflexión completa y cargada de conocimiento. El catedrático de filosofía de la Universidad Complutense es uno de los intelectuales españoles que más ha reflexionado sobre nuestra historia y los mecanismos de poder. Por ejemplo, los del Imperio español que explican gran parte de los problemas que arrastramos hoy. El territorial, sin ir más lejos. "España es un estado prematuro porque se dota de estructuras de poder estatal muy fuertes, antes de haber construido una base poblacional unitaria y homogénea", explica Villacañas. El tejido urbano y los liderazgos locales que demandaban representación se diluyeron y España no consiguió tener una nación propia.

Villacañas se define como un 'filósofo impuro' porque no huye de la actualidad. A propósito de la dictadura, reconoce que siempre busca "a un lector y un ciudadano que tenga una mirada madura sobre el régimen, lejos del resentimiento". Para él, es un ejemplo más de "la falta de madurez democrática" que hay en España. Que estén en las cunetas personas muertas no es un problema de rojos, ni es un problema de nacionales, dice, porque "todos son nuestros". Cuando escucha el argumento de que "a los que mataron los rojos ya los reconoció Franco" se revuelve, porque no es suficiente. "No sirve, porque Franco no podía reconocer a nadie como colectivo", remata Villacañas.

Está convencido de que el momento que está viviendo España es determinante, porque por primera vez en nuestra historia hay "un nacionalismo español popular". De cara al futuro, va a ser determinante porque si el Estado de las Autonomías falla o se pone en entredicho se pondrá en entredicho el Estado de Bienestar. A nivel global, el gran cambio es el desmoronamiento de la utopía de la globalización, que sostenía que la evolución del capitalismo y la evolución de la democracia era convergente. "Se hablaba de libertad, de comercio, de libertad de movimiento y se suponía que también de libertad de conciencia y libertad de prensa. Todas llevaban consigo algo fundamental, que era una estructura de derechos humanos. Esto se ha acabado. Desde que han marcado China, que se puede ser capitalista, se puede ser eficaz, se puede ser materialista, histórico, pero no democrático", resume Villacañas. Por eso, está convencido de que en estos momentos "nos jugamos la vida democrática de Occidente" y, en ese sentido, la guerra de Ucrania es también "una batalla también de la imprescindibilidad de la democracia".

¿Y quién ganará? "Ni Rusia ha logrado tener una gran base de alianza, ni Occidente ha logrado una unanimidad en la presión sobre Rusia". Por eso, teme que podamos asistir a una situación de encapsulamiento de la guerra. Y deja una pregunta en el aire: ¿El destino que se les puede ofrecer a los rusos es ser el surtidor barato de gas y petróleo para China?