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Menos almíbar y más virgen extra: auge, caída y resurrección del lote y la cesta de Navidad

Si una empresa acostumbra a dar cesta, se convierte en un derecho y "no es tan fácil dejar de darla"

Lotes de Navidadad de Ansama (1985) y Grupo El Portal (2022).

Lotes de Navidadad de Ansama (1985) y Grupo El Portal (2022).

Madrid

De la Navidad nos gustan muchas cosas: volver a casa, las sobremesas en familia, cantar villancicos, las tiendas abarrotadas... Bueno, algunas más que otras. Pero la alegría que da recibir un lote o una cesta repleta de cosas ricas —turrón, queso, vino, conservas... ¡y hasta un jamón!— genera unanimidad. El problema, claro está, es que no a todo el mundo le llega una.

Según la información difundida por Plataforma Pro-cestas y lotes, en 2011 se repartieron 8'5 millones, pero no hay demasiada información actualizada al respecto. Claro que casi ninguna de las grandes empresas consultadas por la Cadena SER (energéticas, banca y automóviles) mantiene una tradición que se extendió, sobre todo, en la segunda mitad del siglo XX. La gran excepción es Inditex, que no solo regala lote a sus empleados, sino que aplica criterios de sostenibilidad similares a los de sus comedores laborales.

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Emilio Vizuete, profesor de Economía y Empresa de la Universitat de Barcelona (UB), no conoce a nadie a quien no le guste recibir una, pero cree que "la cesta de Navidad está predestinada a la extinción", simple y llanamente, "porque supone un coste" y porque, además, ahora existen alternativas como el pago directo o los cheques regalo en plataformas como Amazon.

Desde su punto de vista, los lotes y las cestas jugaron un papel importante en los años 60 y 70, cuando los empresarios, guiados por una mezcla de buenas intenciones, paternalismo y tradición católica, reconocían el esfuerzo de sus trabajadores (gente humilde que llevaba poco en la ciudad) con un lote productos básicos. "Pero ahora las empresas consideran que sus empleados ya están bien pagados", dice. "Si a alguien le apetece una botella de whisky, se la compra. Esa es la realidad".

Lote de Navidad de la empresa Ansama (1985).

Lote de Navidad de la empresa Ansama (1985).

Lote de Navidad de la empresa Ansama (1985).

Lote de Navidad de la empresa Ansama (1985).

Vizuete, que ha trabajado durante más de 20 años en cinco entidades distintas del sector bancario, asegura que solo ha recibido lote dos veces, y hace ya muchos años, en la extinta Caja Madrid. "Desde 2008, las cestas han caído en picado. En Caja Madrid, de hecho, pasaron de dar un lote espectacular a regalar dos botellas de vino, y los sindicatos lo denunciaron".

Pero el de Caja Madrid no ha sido el único caso. Mireia Sabaté, responsable del Departamento Laboral en el bufete Baker McKenzie de Barcelona, detalla que si una empresa acostumbra a dar cesta de Navidad, de facto se convierte en un derecho de los trabajadores y "no es tan fácil dejar de darla". Pero muchas, para facilitar la gestión logística, optan por ofrecer una compensación económica.

De la época dorada a la crisis de 2008

Según cuenta Sabaté, además, antiguamente las cestas de Navidad se consideraban un complemento extrasalarial, pero la Agencia Tributaria cambió de criterio en 2018 y una sentencia del Tribunal Supremo lo acabó avalando dos años después. Algo que, por supuesto, tiene implicaciones laborales y fiscales porque, al formar parte del salario de los trabajadores, "cotiza y tiene impuestos".

Pese a todo, muchas empresas siguen ofreciendo cestas y lotes a sus empleados cada Navidad. Antonio Sainz, director de la empresa Ansama, fue uno de los pioneros del sector, a finales de la década de los 60, y sigue al pie del cañón: "Los 90 fueron nuestra época dorada... Tras la crisis de 2008 costó recuperarse, pero después de la pandemia estamos creciendo un 15% cada año".

Lote de Navidad de la empresa Grupo El Portal (2022).

Lote de Navidad de la empresa Grupo El Portal (2022).

Lote de Navidad de la empresa Grupo El Portal (2022).

Lote de Navidad de la empresa Grupo El Portal (2022).

José Antonio Ros, director general del Grupo El Portal, otra empresa con más de 50 años de experiencia en el sector, confirma "una recuperación importante desde 2016" y señala que "la cesta va muy acorde a la coyuntura emocional de la sociedad, más que de la económica" porque el coste de un lote "no es algo significativo" para una empresa. Pero añade que durante la pandemia, ante la imposibilidad de organizar cenas, muchas echaron mano de este recurso para gratificar a la gente que teletrabajaba.

Los lotes y las cestas de Navidad, de todas formas, ya no son como en los años 60. La pata de jamón resiste como el producto estrella junto a clásicos como el vino o los turrones, pero hay productos que ya no se estilan, como los melocotones, en almíbar, en anís o el brandy; y otros que, sin embargo, se han ido consolidando como un básico gourmet: vinagres de Jerez, conservas vegetales, aceites virgen extra...

Una cesta de más de 2.000 euros

"En general ha habido una evolución hacia productos de más calidad porque el objetivo es sorprender", señala Ros. El precio medio suele rondar los 40 o 50 euros, pero el catálogo de El Portal, con sede en Zaragoza, incluye lotes de menos de 10, y también uno de más de 2.000.

Antonio Sainz, de Ansama, apunta además que, gracias al enorme volumen que manejan, las empresas especializadas consiguen negociar precios muy ventajosos, por lo que sus cestas suelen resultar más apetecibles (y económicamente valiosas) que la suma de dinero que un empresario puede ofrecer como alternativa a sus trabajadores.

Cuando se trata de dar con lo más apetecible, de todas formas, hay empresas que acuden directamente a a productores del sector gourmet, como Dehesa los Llanos (Albacete), que además de vender on line sus afamados quesos manchegos (uno de ellos fue elegido como el mejor del mundo en 2012), también lleva años comercializando lotes en los que incluye los vinos y aceites elaborados en su finca.

"En Navidad tenemos un volumen de peticiones muy grande y tenemos que doblar personal. Algunas empresas reemplazan la cesta por cenas, pero mantenemos a la mayoría y siempre sumamos clientes nuevos", explica Ana Granell, responsable del departamento comercial de Dehesa los Llanos.

Carlos G. Cano

Carlos G. Cano

Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...

 
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