"No hay que echar tanta mierda a la comida": actores y cocineros se someten al test de 'La vida padre'

Juan Intxausti (Karra Elejalde), un gran cocinero vasco célebre, sobre todo, por su crema de erizos, sufre un incidente inesperado justo en uno de los momentos más importantes de su carrera. Un golpe demoledor que le lleva a desaparecer durante 30 años para regresar, precisamente, cuando su hijo Mikel (Enric Auquer) —que también es cocinero, pero más moderno— se enfrenta a un día clave en su trayectoria como chef. Ese es, a grandes rasgos, el contexto en el que se desarrolla La vida padre, una disparatada comedia escrita por Joaquín Oristrell y dirigida por Joaquín Mazón que llega este viernes a los cines de toda España con el choque entre la cocina moderna y la tradicional como telón de fondo. La premiere mundial, de todas formas, se celebró el pasado jueves en el auditorio del Guggenheim. Una proyección que reunió a buena parte del equipo de la película —en cuyo reparto también aparecen Megan Montaner, Lander Otaola, Maribel Salas o Gorka Aguinagalde— y también a algunos de los mejores cocineros de España, con especial atención a los del País Vasco: Elena Arzak, Eneko Atxa (Azurmendi), Josean Alija (Nerua), Pedro Subijana (Akelarre), Álvaro Garrido (Mina), Andoni Luis Aduriz (Mugaritz), Diego Guerrero (Dstage)... Más allá de la trama principal, la película recrea situaciones propias de un gran restaurante: las inspecciones de la Guía Michelin, las recetas heredadas, el choque entre la tradición y la modernidad... Cuestiones que hemos trasladado, directamente, a algunos de los actores, actrices y chefs congregados en Bilbao con motivo del estreno del filme. Durante la jornada, de hecho, muchos de ellos recorrieron la ría en barco, para luego jugar a pelota, comer en un txoko y acabar respondiendo al test de La vida padre. Aunque hay mucho pique gastronómico entre Bizkaia y Guipúzkoa, el pintxo pone a todo el mundo de acuerdo. Elena Arzak, por ejemplo, es una enamorada de la gilda. Lander Otaola y Maribel Salas, por su parte, coinciden en señalar el de txangurro gratinado del Bar el Globo. Y el cocinero bilbaíno Álvaro Garrido (Mina), recomienda la anchoa del Basaras, los calamares del Bar Bilbao o la tortilla del Marvelous. A Karra Elejalde, en cambio, le encanta el de huevo envuelto en patata frita quepreara Senén González en el Sagartoki de Gasteiz. «¡Es muy arriesgado!», dice. Pero el actor alavés, célebre por sus papeles en Airbag u Ocho Apellidos Vascos, es un gran defensor de la cocina vasca en general: «Cuando voy a Argentina, como en la casa vasca. Me encanta nuestra cocina. No digo que no sea mejorable. En Valencia hay arroces maravillosos y lugares increibles, pero la cocina vasca, con poquitas cosas... No me gusta que se eche tanto laurel y cilantro. No hay que echar tanta mierda a la comida. Cuando la materia prima es buena, échale lo mínimo, que saldrá rico». Al plantearle una dicotomía entre cocina moderna y tradicional, de hecho, Karra Elejalde vuelve a quedarse con todo: «¡Ambas! No estaría comiendo todo el rato platos de cocina experimental, pero tampoco estaría todo el rato con besugo y txuleton». Al verse contra las cuerdas, Eneko Atxa (Azurmendi) acaba decantándose por la moderna, pero muchos de sus colegas optan por soluciones salomónicas. «La moderna es más tradicional que la auténtica tradicional», dice Josean Alija (Nerua). Álvaro Garrido, por su parte, asegura que solo existe «cocina buena y cocina mala», y Diego Guerrero cita una reflexión del propio Karra Elejalde: «No se puede esferificar lo que no existe». En la película, Mikel, el hijo de Juan Intxausti, suspira por el secreto de la receta estrella de su padre: la crema de erizos. Pero, ¿qué platos caseros han idealizado los mejores cocineros vascos del momento? Al chef Josean Alija le encanta la tortilla de pimiento rojo, pimiento verde y cebolla que prepara su ama en verano. Diego Guerrero, por su parte, asegura que las croquetas de su madre son «inmejorables» y que él mismo ha replicado sus albóndigas, logrando que grandes cocineros aseguraran que son las mejores que han probado nunca. A la madre de Enric Auquer se le da muy bien el fricandó y a la de Karra Elejalde, unas albóndigas de bonito «espectaculares» con una salsa «tomatosa». El padre de Pedro Subijana, en cambio, bordaba la sopa con gallina, verduras y garbanzos. Y Elena Arzak asegura que a su padre (Juan Mari), más allá de los platos con tres estrellas Michelin del restaurante, le salen muy bien los huevos con pimientos rojos. Karra Elejalde se ha pasado este miércoles por La Ventana para hablar de su relación con la cocina y su nueva película. Karra creció entre fogones: «Mis padres tenían un negocio de restauración y me tocó participar de la vida de hacer comidas», cuenta el actor. Karra quería ser un niño normal, salir a jugar al frontón y subirse a los árboles pero no podía porque, mientras los demás niños de pueblo disfrutaban, él estaba haciendo los pinchos del bar de sus padres para los feligreses que salían de la misa de una. Su madre fue el que le enseñó a cocinar a él y a sus hermanos. Karra califica de «amor-odio» su relación con la cocina. La vida padre, la nueva película de Karra Elejalde, es una comedia con un toque de drama familiar. Elejalde lo explica de la siguiente manera: «La comedia no existe si no hay drama». Según el actor, si pones un sujeto en apuros aparecerá la comedia. «Lo importante de la comedia es el tono», explica Karra. La película propone una farsa naturalista, que banaliza los problemas del protagonista. La vida padre se estrenará en cines el próximo viernes 16 de septiembre.

"No hay que echar tanta mierda a la comida": actores y cocineros se someten al test de 'La vida padre'

La nueva comedia española protagonizada por Karra Elejalde llega este viernes a los cines | La historia recrea, de forma disparata, cómo es la convivencia entre la cocina moderna y la tradicional

Carlos G. Cano

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