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Macron pierde la mayoría absoluta por el avance de la izquierda y la ultraderecha

El grupo del presidente francés obtiene 245 diputados en la Asamblea Nacional salida de la segunda vuelta de las legislativas, lo que significa que se queda muy por debajo de los 289 que serían necesarios para disponer de mayoría absoluta

El grupo del presidente francés, Emmanuel Macron, ha obtenido 245 diputados en la Asamblea Nacional salida de la segunda vuelta de las legislativas celebrada este domingo con el 100% de los votos escrutados, lo que significa que se queda muy por debajo de los 289 que serían necesarios para disponer de mayoría absoluta. La marca Ensemble (Juntos) del bloque macronista recibió un 38,57% de los sufragios, lo que supone perder una decena de puntos porcentuales respecto a la segunda vuelta de las legislativas de 2017 y 105 diputados menos.

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De acuerdo con los resultados publicados este lunes por el Ministerio del Interior, la coalición de izquierdas NUPES se queda con 131 diputados con el 31,60% de los votos. Eso significa un avance más que notable en escaños si se compara con los 63 que tenían en 2017 los cuatro partidos que conforman la NUPES, y que entonces se presentaron por separado (La Francia Insumisa, el Partido Socialista, el Partido Comunista Francés y los Verdes).

Pero la mayor subida, que con esa magnitud no habían previsto los institutos demoscópicos, corresponde a la ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen, que con 89 escaños en principio se convertirá en el segundo grupo de la cámara de diputados, ya que los cuatro de la NUPES se constituirán por separado.

El RN, que este domingo recibió un 17,30% de los votos, ha dado un salto de gigante si se compara con sus 8 diputados de 2017, cuando en la segunda vuelta reunió un 8,75% de los votos. El partido de la derecha clásica Los Republicanos ha sufrido un severo retroceso ya que sus 61 diputados están muy por debajo de los 112 de hace cinco años. En porcentaje de voto, ha pasado al 6,98%, frente al 22,23% hace cinco años.

Con esta nueva configuración, el Gobierno de Macron estará forzado a buscar aliados y, en su primera declaración la primera ministra, Elisabeth Borne, avisó de que esta nueva Asamblea Nacional constituye "un riesgo" para el país. De entrada, el que potencialmente podría estar en riesgo es su propio Ejecutivo. La Nueva Unión Popular Ecológica y Social (NUPES) ha avanzado su voluntad de presentar una moción de censura aunque por sí sola no tendría capacidad para tumbar el Gobierno.

Legislativo muy dividido

El nuevo legislativo francés estará más dividido que nunca en un sistema que prima las mayorías y obligará a Macron a buscar apoyos externos para sacar adelante sus proyectos. La primera ministra, Elisabeth Borne, consideró que esta fragmentación "inédita" supone "un riesgo a la vista de los desafíos nacionales e internacionales" que afronta el país, pero hizo un llamamiento a gobernar con "sensibilidades múltiples" para "lograr la estabilidad necesaria y conducir las reformas necesarias".

La jefa del Gobierno auguró diálogo pero no anunció un cambio de rumbo, al contrario, señaló que hay que "amplificar y acelerar" en la ruta marcada por Macron, con medidas de protección contra la inflación, el pleno empleo o la transición ecológica. Su apelación iba destinada a los sectores más moderados de los partidos que se sentarán en la nueva Asamblea Nacional.

Mientras que Mélenchon y Le Pen se apresuraron a asegurar que se opondrán con todas sus fuerzas al presidente, las miradas se volvieron al conservador Los Republicanos. Su líder por ahora, Christian Jacob, que dejará el cargo tras el verano, aseguró que serán oposición a Macron, pero algunas figuras destacadas del partido, como los exministros Jean-François Copé y Rachida Dati, afirmaron en declaraciones televisivas que pueden apoyar algunos de sus proyectos.

Tampoco se sabe cómo reaccionarán los diferentes componentes de la NUPES, en cuyo seno conviven sensibilidades dispares, desde el radicalismo de La Francia Insumisa a posturas más tibias, como las del Partido Socialista. Macron, que lanzó hace cinco años su movimiento político para superar los partidos tradicionales, se verá ahora obligado a negociar con ellos.

El presidente no ha logrado su objetivo histórico de frenar a la extrema derecha y, aunque muy debilitados, ha visto como la derecha tradicional y la izquierda moderada siguen vivos. Además, el "macronismo" sufrió la derrota de algunos de sus notables, como el actual presidente de la Asamblea Nacional, Richard Ferrand, el de su grupo parlamentario, Christophe Castaner, o los ministros de Ecología, Amélie de Montchalin, y Sanidad, Brigitte Bourguignon, que no fueron elegidos.

 
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