El micromentario de Pepe Belmonte: 'Falsa alarma'

Murcia

La pasada semana corrió como un reguero de pólvora la noticia de que el escritor, periodista y académico cartagenero Arturo Pérez-Reverte había muerto.

Todo fue una falsa alarma, como podrán suponer, porque Arturo, a sus setenta y un años, sigue fresco como una lechuga, goza de una excelente salud y aún le queda carrera literaria para rato.

La broma, tan pesada y de tan mal gusto, corrió a cargo no de un don nadie cualquiera, sino de la misma persona -un conocido hacker italiano que, al parecer, dispone de mucho tiempo libre- que, en su día, utilizó similar estrategia para enviar también a la tumba a personajes como Felipe González, el ex presidente de gobierno español, y la escritora británica J. K. Rowling, la autora de la serie dedicada a Harry Potter.

Y lo peor del caso es que la noticia había sido difundida a partir del pésame, que enviaba a la familia de Pérez-Reverte y, ya de paso, a toda la gente del mundo de la cultura, divulgado a través de una cuenta falsa de tuiter, del delegado de gobierno en Murcia, Francisco Giménez, que, de inmediato, desmintió que fuera el causante de esta solemne patraña, y denunció los hechos.

Pérez-Reverte, con el humor y el sarcasmo que le caracterizan, después de comunicarle yo mismo tal circunstancia y de las inmediatas disculpas del propio delegado de gobierno, me envió un mensaje en el que me decía textualmente: “Nada de disculpas, dile al delegado de gobierno que me encanta estar muerto. Lástima que no haya durado más el bulo para observar las reacciones”.

Por si sirve de consuelo, en una de las películas favoritas de Pérez-Reverte, El hombre que mató a Liberty Valance, de John Ford, con James Stewart y John Wayne como protagonistas, alguien asegura que “en el Oeste, cuando la leyenda supera a la verdad, publicamos la leyenda”.

Pepe Belmonte