El Patrimonio de Galicia, cada vez más valorado por los gallegos

Santiago de Compostela

Existe unanimidad entre expertos, administraciones y asociaciones en lo inabarcable de nuestro patrimonio histórico y cultural: iglesias, castros, pazos, monasterios, capillas, dólmenes, murallas, puentes, torres, jardines, castillos, arcos, molinos, catedrales, hórreos... y esto sin contar el patrimonio inmaterial. Oficialmente, en Galicia tenemos 783 bienes declarados de Interés Cultural, los denominados BIC, pero todos los catalogados ascienden a más de 78.000.

Un patrimonio que en realidad es todavía mucho mayor porque en esta figura no se incluyen por ejemplo cruceros, hórreos y escudos anteriores a 1901, ni los petroglifos que tengan la consideración de arte rupestre. Una dimensión que hace muy difícil poder actuar sobre todos esos bienes. De hecho, en muchas ocasiones ni sabemos de su existencia, como explica el presidente del colectivo cultural Mariña Patrimonio, Manuel Miranda: "muchos yacimientos arqueológicos son muy difíciles de catalogar porque ni se sabe que existen. En ocasiones es cuando se hacen obras o se limpia la maleza cuando aparecen".

Otro hecho que dificulta la catalogación es que alrededor del 90% de este patrimonio está en manos privadas. En este sentido, el investigador principal del Instituto de Historia Contemporánea da Universidade Nova de Lisboa, Xurxo Ayán, destaca que "la concienciación sobre la riqueza patrimonial se ha notado mucho en la última década y que ahora son los propios concellos los que lo ven como un valor de futuro y en zonas como la Ribeira Sacra se está produciendo un efecto llamada en el que cada municipio se especializa en alguna área concreta".

La ley gallega de Patrimonio de 2016 es la que articula cómo debe ser la conservación, protección, difusión y puesta en valor de aquellos bienes que se consideran fundamentales para nuestra cultura y tienen un valor histórico, arqueológico, artístico, arquitectónico o etnológico. Y la encargada de todo ello es la dirección xeral de Patrimonio Cultural. Durante el año pasado entraron en la oficina más de 28.000 expedientes. Su responsable, María del Carmen Martínez, reconoce que el personal para resolver todos los informes se queda escaso, pero al mismo tiempo apunta que es una muestra de que la concienciación de la ciudadanía respecto al Patrimonio es cada vez mayor.

En este sentido señala que, en general "los gallegos son conscientes de lo que tenemos". Por su parte, el presidente de Apatrigal, la Asociación para a Defensa do Patrimonio Galego, señala que lo fundamental es la educación y la divulgación. Carlos Fernández considera que "lo primero es conocer lo que tenemos para poder valorarlo y protegerlo".

Donde se aprecian más discrepancias es en la colisión que se produce entre el Patrimonio y el turismo. Para Carlos Fernández, el turismo masificado lleva a la "espectacularización del patrimomio y a la pérdida de identidad de nuestros bienes. No tienen ningún sentido el atasco de tiendas de souvenirs en el casco histórico de Santiago o que se vendan brujas en Combarro", apunta. Desde la dirección xeral de Patimonio consideran que turismo y patrimonio pueden convivir sin problemas y que los ataques o comportamientos incívicos a los que asistimos el verano pasado son minoritarios.