Galicia, ante sus elecciones más abiertas

Santiago de Compostela

Los gallegos ya saben que acudirán a las urnas el 18 de febrero y que buena parte de la campaña coincidirá con el Entroido. Unas elecciones con mucho en juego, después de las cuatro mayorías absolutas del Partido Popular.

Rueda se enfrenta a su primera cita con las urnas como candidato. Una primera vez que provoca inquietud en el Partido Popular, después de 15 años acostumbrados a Alberto Núñez Feijóo.

A la incógnita que supone esa candidatura se suman los intereses de Génova que han empujado al presidente de la Xunta a adelantar las elecciones gallegas al 18 de febrero. Feijóo teme que baje la tensión. Según fuentes de Génova, el líder del Partido Popular le dijo a Rueda que, una vez aprobados los presupuestos, todo lo demás era "tiempo de descuento".

Con este adelanto, Rueda coge con el pie cambiado a la izquierda a la izquierda del PSOE. En Sumar, la formación de Yolanda Díaz, no tienen candidato y sopesan si presentarse en toda Galicia o solo en las provincias en las que tienen posibilidades de obtener representación.

En la izquierda, la más consolidada es la candidata del Bloque Nacionalista Galego, Ana Pontón, que ha sido la lideresa de la oposición en los últimos cuatro años.

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En el PSOE, Ferraz se vuelca con su candidato, José Ramón Gómez Besteiro, que pretende recuperar el liderazgo en la izquierda que perdieron en las autonómicas de 2016, cuando En Marea los desplazó a la tercera fuerza parlamentaria, y que no pudieron recuperar en 2020, cuando se produjo el sorpasso del Bloque. PSdeG y BNG están convencidos de que habrá cambio.

Otra de las claves está en la provincia de Ourense, porque son las primera elecciones sin la figura de Baltar como líder provincial, que dejó la Diputación después de 30 años de su familia a los mandos. Además, en esa provincia se presenta Democracia Ourensana, el partido del alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, un político que gobierna la ciudad y que puede erosionar la hegemonía de los conservadores.

Son, por tanto, las elecciones más abiertas de los últimos 15 años.