Pontepedriña: urbanismo obsoleto a un paso del Ensanche

Santiago de Compostela

Pontepedriña se reivindica como una barrio con potencial. "Es una zona tranquila, al lado del centro, con un parque muy apetecible para pasear, pero da la sensación de abandono". Vecinos y comerciantes aseguran que es un buen lugar para vivir y trabajar, pero denuncian la desatención por parte del Concello.

A solo un paso del Ensanche y junto a la estación intermodal, "parece el extrarradio". Maite Taboada es miembro de la Asociación Veciñal Pontepedriña y propietaria de un negocio en Amor Ruibal y está convencida de que con poca inversión y un lavado de cara, el barrio recuperaría su atractivo. "Es pasar el viaducto y parece otra ciudad: hay maleza, la iluminación y la limpieza escasean y faltan bancos y papeleras". Más allá de una cuestión estética, lo es también de servicios y mantenimiento. En la zona se echa en falta algún cajero y eliminar los muros que dificultan el tránsito entre las distintas manzanas.

Pero si hay algo en lo que Pontepedriña se ha quedado atrás, es en el urbanismo, especialmente duro en O Restollal. El barrio está condicionado por el tránsito de vehículos, problemas de accesibilidad y un diseño poco adaptado al tránsito peatonal. No es el único punto. La remodelación de Clara Campoamor, positiva, según los vecinos, no acaba de estar integrada con el resto. "Falta señalización, los peregrinos preguntan cómo se llega a la estación de autobuses", asegura Maite. En su local de droguería charla con Mari, una vecina reciente: "me mudé hace algo más de año y medio y estoy encantada, pero hay muchas cosas que mejorar". Ambas creen que con un mejor diseño urbanístico y más cuidados, la actividad comercial y hostelera crecería y eso "atraería a más personas".