Vanessa Almeida, autismo y alpinismo

Vitoria-Gasteiz

La deportista vitoriana, residente en Cantabria, Vanessa Almeida practicó la vela durante más de veinte años logrando grandes éxitos y haciendo historia. Participó en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 como Jefa de Equipo y entrenadora del Equipo Paralímpico Español en clase Skud-18. Además, ha sido tres veces campeona de España, una vez campeona del Mundo, Medalla al Mérito Deportivo en el año 2000. “Me siento una deportista de élite pero ahora mi vida ha dado un giro de 180 grados con mi afición a la montaña”, comentó al Diario AS.

En el año 2021 le diagnosticaron Trastorno del Espectro Autista (TEA) coincidiendo con el año en el que conoció la montaña invernal por primera vez. Desde hace unos años encontró en el alpinismo su pasión y ahora aspira, en 2025, a ascender el Manaslu. “Tenía síntomas de que me ocurría algo pero hasta que no me lo diagnosticaron, estaba un poco perdida. En el fondo, todo el mundo tiene sintomatología de algo de autismo. Hay que saber vivir con ello y ordenar tu vida a partir de ahí”, añadió.

El objetivo para el trabaja cuenta con el apoyo y la supervisión de una serie de científicos que van a controlar su entrenamiento, nutrición y suplementación. Este objetivo no solo servirá como superación para la deportista con Trastorno del Espectro Autista (TEA), ya que además será la primera mujer con ese diagnóstico en hacer un 8.000. El estudio también irá destinado a que pueda “haber investigaciones científicas sobre fisiología del deporte en altura y de nutrición deportiva en mujeres”, indicó desde el desierto de Catamarca, en Argentina. “Este paisaje es maravilloso, con un desierto de enormes dimensiones”, indicó.

Almeida ha iniciado el proceso como si se tratara de una escalera, de la que ya ha subido los dos primeros escalones: “Empecé en los Picos de Europa, luego he estado en el Atlas, en Marruecos, en el Toubkal, a 4.167 metros, siendo la cumbre más alta de África del Norte. En la siguiente etapa también subió el Elbrús (5.642 metros), el techo de Europa ubicado en Rusia. Ahora estoy en Argentina rodeada de un paisaje impresionante y mi idea es aclimatar en varias montañas para, al final, subir al Ojos del Salado, de casi 7.000 mts”, explicó.

Para terminar, en el post monzón del 25, intentará el Manaslu. “Iré con Juan Vallejo, un montañero experimentado que me ayuda en los momentos complicados. Estoy muy motivada porque me gusta este deporte y siento que hay que visibilizar el trastorno de espectro autista y también luchar por la igualdad. La vida me ha puesto en esta situación privilegiada y creo que me encuentro preparada y con muchas ganas de superar este reto”, aseguró a este periódico. Ahora mismo está trabajando para ascender el Cerro Cóndor (4.600 mts). Luego irá al monte más alto de Chile.

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