La Diputación valorará vigilar con videocámaras Iruña-Veleia para impedir los robos con detectores

La Diputación foral de Álava no descarta acabar vigilando con videocámaras el yacimiento arqueológico de Iruña-Veleia ante la profileración de robos cometidos por "detectoristas". El ente foral acaba de interponer dos denuncias ante la Ertzaintza, ha solicitado mayor presencia policial, pero reconoce la dificultad de controlar solo con Policía una extensión de 126 hectáreas.

"Iruña-Veleia es un lugar de caza mayor" para los ladrones con detectores, ha reconocido el director foral de Museos, Javier Fernández Bordegaray, que junto a la diputada de Cultura, Ana del Val, han comparecido en Juntas para hablar del yacimiento arqueológico alavés de Iruña-Veleia. Allí han dado cuenta de un problema que les afecta desde hace años: los detectoristas ladrones. "Es un debate antiguo y un problema", ha explicado Fernández, "pero se ha agravado porque ahora los detectores son muy baratos". Así, en su opinión, ahora hay muchos adultos que "se dedican a la búsqueda del tesoro", en Iruña-Veleia, entre otros emplazamientos. En los últimos años, la Ertzaintza ha detenido a varias personas por presuntos delitos contra el patrimonio cultural vasco. En el marco de la 'Operación Burdin', entre 2020 y 2021, por ejemplo, detuvo a dos personas por realizar presuntamente expolios arqueológicos en los yacimientos de Iruña-Veleia y Arcaya. En diciembre de 2020, en la llamada 'Operación Ondare', la Ertzaintza desarticuló un grupo criminal con sede en Agurain que se dedicaba al expolio continuado de cuevas y yacimientos en Euskadi y Navarra. En aquella operación, los agentes incautaron más de 20.000 restos arqueológicos líticos, óseos y cerámicos en el domicilio de uno de los integrantes del grupo.

Dos denuncias este año

Los últimos casos difundidos por la Diputación han tenido lugar en este 2024. En enero Diputación descubrió hasta 30 agujeros excavados en el yacimiento, lo denunció ante la Ertzaintza y reclamó más presencia policial. Sin embargo, los robos no han cesado y así, en febrero y este mes de marzo se han descubierto más agujeros y la Diputación ha presentado una segunda denuncia. Ana del Val reconocía que es un problema que no se puede atajar solo con Policía. "No llegan" ha explicado, secundada por Fernández, que recordaba que hay "miles" de emplazamientos susceptibles de ser expoliados. Ahora no descartan instalar videocámaras de vigilancia. "Seguramente tendremos que valorar la instalación de cámaras, pero estamos hablando de un yacimiento que tiene 126 hectáreas. Poder llegar a controlar todo eso es muy complicado", ha adelantado el director de Museos.

Diputación cree que "hay que hacer mucha pedagogía" y recordar a la población que el robo de restos arqueológicos es un delito penado hasta con cárcel. Así, han puesto como ejemplo, que en el verano pasado, un juzgado de Amurrio multó con 7.000 euros a un detectorista que operaba en la zona de Espejo.

Catas con palas y azadas

El modus operandi de estos ladrones suele consistir en pasar un detector de metales por las zonas de interés y después realizar catas clandestinas con palas y azadas sin metodología arqueológica. Tras estas catas, los presuntos expoliadores se apropian de todos los restos metálicos que encontraban. Las apropiaciones, completamente ilegales, ocasionan daños en los contextos arqueológicos y la pérdida irreversible de la información científica asociada a los restos.