"Algunos comerciantes van a por cambios a la máquina de la lavandería"
En Bizkaia se cierran 40 entidades de crédito al año desde 2008, 110 desde la pandemia. La digitalización "inevitable" de la banca supone un problema para personas mayores y comerciantes de algunos pueblos y barrios, que no tienen cajeros disponibles. En 'Hoy por Hoy Bilbao-Bizkaia', recogemos testimonios de alcaldes y afectados
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Bizkaia pierde desde el año 2008 hasta el primer cuatrimestre del año el 53 por ciento de sus entidades financieras
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Bilbao
El último día de 2008 había en Bizkaia 1059 sucursales bancarias de crédito, a las que poder acudir a retirar dinero y realizar otras gestiones en la ventanilla. Desde el primer día de 2009, el número baja, cada año desde entonces y hasta marzo de 2022, últimos datos disponibles, se han cerrado el 53% de ellas. Las 505 sucursales no bastan para dar servicio a varios pueblos, municipios mayores como Durango o incluso el barrio de Arangoiti de Bilbao, donde en 2020 cerraron las dos sucursales que tenían. En 'Hoy por Hoy Bilbao-Bizkaia' conocemos de la mano de alcaldes y afectados qué supone este cierre y la digitalización de la banca que trae consigo.
El pasado lunes, pensionistas en Durango se concentraron de nuevo para demandar ayuda ante la brecha digital que supone este cierre constante de sucursales. Para el profesor del Departamento de Sociología de la UPV/EHU, Pedro Manuel Martínez, este fenómeno supone una "exclusión financiera", una vulneración de derechos, a la vez que es "un proceso inevitable". La banca ha pasado al bolsillo, y según argumenta, las aplicaciones no están preparadas para las personas mayores. En 2020, 47 municipios en Bizkaia no tenían cajero automático.
El alcalde de Mallabia, Igor Agirre, ha explicado que en su municipio se pueden "dar con un canto en los dientes por tener el cajero automático todavía". El pueblo más cercano con sucursal está a un kilómetro y medio, Ermua, y "lo normal es que las personas bajen ahí a hacer las gestiones bancarias". En Zierbena, su alcalde Unai Elosegi ha contado que "nunca hemos tenido entidad bancaria, y se lucha por mantener los cajeros que tenemos". Es uno de los municipios en los que hacen cursillos para "tratar de reducir la brecha digital al mínimo".
En Bilbao, en el barrio de Arangoiti, tras el cierre de las dos sucursales en 2020, algunos comerciantes tienen que pagar a terceras personas para que vaya al banco a hacer las gestiones, o a por cambios. Ángel Prieto, de la asociación de vecinos del barrio, ha contado una anécdota: "Tenemos una lavandería con una máquina de cambios. Desde la pandemia, cuando cerraron los dos bancos, el propietario del local nos transmite que su máquina ya no tiene esa función, porque otros comerciantes van a cambiar monedas y para no tener que desplazarse al banco".
