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Vinos de vértigo: al filo de lo imposible

Con el cambio climático es posible cultivar viñedos en cotas muy altas. Estos son algunos de los viñedos más altos del planeta. Crecen en cotas muy superiores a los mil metros de altitud

Vigiriega y primeras nieves en Sierra Nevada / A Copa Llena

Jerez de la Frontera

Hace unos mil quinientos años, Mahoma dijo a sus discípulos que llamaría a la montaña, que ésta se acercaría y que, desde su cima, daría un discurso. La montaña no llegó, como era de esperar, pero el profeta no se arredró y entonces dijo que él iría a la montaña. No hay constatación de que esto fuera así pero mil años después le vino de perlas al filósofo inglés, Francis Bacon para explicar sus métodos experimentales. Y la célebre frase se acuñó y llegó a la posteridad.

En aquellos años, tanto los que vivió el profeta como los del filósofo, el cambio climático no existía. Hoy, en el siglo XXI, viticultores y bodegueros comprometidos con la calidad, la experimentación y el calentamiento global, van a la montaña sin pretensiones de proferir discursos ni constatar métodos filosóficos experimentales, sino simplemente buscan una maduración lenta y progresiva de la fruta, un mejor estado sanitario, incremento de acidez, frescura, intensidad aromática y complejidad. En los viñedos que crecen a gran altitud, se registran diferencias de temperatura entre el día y la noche de hasta 35º C, aunque la media está en torno a los 21º C, y ya saben ustedes que estos saltos térmicos hacen a las uvas felices y les sienta de maravilla.

Bodegas Colomé, en Salta, Argentina

Bodegas Colomé, en Salta, Argentina / A Copa Llena

En las alturas, la influencia de los rayos ultravioletas es mucho mayor. Todos embadurnamos nuestra piel de cremas solares cuando subimos a la montaña. Pero las uvas no tienen cremas para proteger sus hollejos así que cuando crecen a tales cotas, desarrollan de manera natural una piel más fuerte, más resistente a los rayos ultravioletas, que preserva mejor sus delicados interiores; es decir, la pulpa. Como saben, piel en la uva es la responsable de una mayor concentración de aromas y sabores por tanto, la mayor intensidad aromática sobre todo, de las uvas de altura, es bien manifiesta.

Los viñedos plantados a mayor altitud del mundo mundial, hoy por hoy, son los de la Bodega Colomé, en Salta, cerca de la frontera con Bolivia, al norte de Argentina. Tienen parcelas de uva malbec a 3.111 metros!!! Rozando las nubes….!!! Además es la bodega más antigua del país. Fundada en 1831 por el último gobernador español en la zona, Nicolás Severo de Isasmendi y Echalar, quien quiso poner en alza aquella tradición tan antigua que se remontaba a tres siglos antes, cuando tras la conquista por los españoles de aquellas escarpadas montañas, ellos recompensaron al jefe indio Colomín, que al parecer les había ayudado mucho, con unos esquejes de vides por los servicios prestados. Eso cuenta la historia...

La bodega tinerfeña Teveron

La bodega tinerfeña Teveron / A Copa Llena

Tras los 3.111 metros de Colomé, que equivalen en enología a los 8.000 que escalan los alpinistas, encontramos en Colorado (EEUU) viñedo a casi 2.000 metros. Hablamos en este caso de la Bodega Terror Creek, en Paonia, con viñedos a cotas de 1956 metros para ser exactos. Un viñedo, por cierto, cercado por una alta alambrada cuyo objeto es mantenerlo a salvo de los osos, ciervos, alces, pumas que pululan por los alrededores. La mitad de alguna de sus cosechas ha sido “vendimiada” por el reino animal. Terror Creek elabora vinos tipo alsacianos con riesling y gewürztraminer, básicamente.

El ranking de las alturas salta al continente europeo, a Tenerife cerca del Teide y a Granada, del Veleta donde encontramos viñedos que crecen mirando de frente a las nieves casi eternas de estas dos grandes cimas hispanas. En la accidentada geografía española encontramos viñedos que superan alegremente los 1000 metros de altitud, y por los cuatro puntos cardinales de mapa, desde el norte hasta el sur más insular. Tras España, el Valle de Aosta, entre Italia y Francia, y en el bello Valais suizo.

Barranco Oscuro, en la Sierra de la Contraviesa

Barranco Oscuro, en la Sierra de la Contraviesa / A Copa Llena

Empezamos por Las Alpujarras granadinas, repletas de bellezas paisajísticas y de referencias literarias a Barranco Oscuro, en la Sierra de la Contraviesa, con parcelas como la llamada Cerro de las Monjas, que también bautiza religiosamente a su vino más emblemático a una cota de, nada menos, 1.368 metros de altitud sobre el nivel del mar!!!

Manuel Valenzuela, propietario de Barranco Oscuro, volvió a Granada -como Miguel Ríos- más o menos en los años en que esta canción triunfaba…. Venía de Francia y Cataluña donde su trabajo le propició aprender de vinos. Se propuso elaborar vinos en esas latitudes, en un viejo cortijo en Cádiar, en la Contraviesa, un lugar hermoso y solitario donde comenzó a plantar viñedos.

Viñedos de Castell d'Encus en los Pirineos

Viñedos de Castell d'Encus en los Pirineos / A Copa Llena

Un granaíno visionario pues hace ya más de 25 años que apostó por lo que hoy felizmente está de moda: la recuperación de vides autóctonas. En estas tierras la llamada vigiriega, uva blanca, estaba prácticamente extinguida. Hoy reina por estas alturas incluso interpretada en un espumoso brut de indudable interés elaborado con uvas cosechadas en diciembre, vendimia tardía y con el viñedo nevado.

Muy cerca del Parque Natural de Sierra Nevada, ya en tierras almerienses, creo que se llama las alpujarras almerienses, recientemente se ha culminado otra cima de la enología de montaña. Dos vinos firmados por la bodega manchega Pago del Vicario que apostó por estos bellos parajes en una finca de 60 hectáreas de las cuales dedica 7 al viñedo. Las otras, pinos, monte y árboles frutales. Las uvas –tempranillo, merlot, pinot noir y cabernet sauvignon- ya tienen cerca de 20 años, por lo que se encuentran en una estupenda edad de merecer. Susana López Mendiondo, directora técnica de la bodega Pago del Vicario, se muestra encantada de poder trabajar con esas uvas de altura y con la finura y frescura del monovarietal de pinot noir, de una delicadez poco común fuera de su Borgoña natal. En plena Sierra de Gador y con la Sierra Nevada por delante. Por abajo… el Mar Mediterráneo. A su izquierda, la Contraviesa granadina. No falta de nada. Como se indica en las etiquetas, la cota del viñedo es de 1500 metros. Elaboran un pinot noir (la uva por excelencia de los famosos borgoñas tintos) llamado 1500 H entre otros. A mi entender, el más destacable de todos con una boca fresca con las considerables notas especiadas típicas de esta variedad.

Bodegas Reveron, en Tenerife

Bodegas Reveron, en Tenerife / A Copa Llena

De nieve a nieve y tiro porque me toca. ¿Quién dijo miedo? Nos vamos a las Islas Canaria. En las D.O. Abona y Valle de Güimar se encuentran los viñedos más altos de todo el continente Europeo, mientras no se demuestre lo contrario. Ambas zonas vinateras se encuentran muy cercanas una de la otra y en la provincia de Tenerife. Una de estas bodegas se localiza en el término de Vilaflor que siempre se ha conocido como el ayuntamiento más alto de España. Se trata de Bodegas Reverón en un paisaje parecido a Suiza que sorprende al turista sensible que tras muchas curvas, eso sí, y un poco de vértigo, abandona por una jornada las playas cercanas, de parajes secos donde sólo verdean las plataneras y la jardinería frondosa de los grandes hoteles allí construídos. En media hora se puede sentir como Heidi, pero con una copa de listán blanco, uva de profunda alma canaria, como una isa. Don Eugenio Reberón, su creador, fue un hombre multidisciplinar. Panadero, ferretero, camionero, trasportista, vendedor de cal, sal y carbón, inmobiliario y viticultor desde 1947. La oferta de vinos Reverón es muy amplia, siendo la listán elaborada en seco y muy afrutada la más conocida y premiada, también existe en versión ecológica y en tonos dorados convertida en naturalmente dulce. En estas latitudes, tienen viñedos a 1.800 metros, siendo la cota más baja 1.300 metros no hay mucha plaga ni enfermedades y no utilizan productos fitosanitarios.

A destacar también otra de las bodegas en el cercano Valle de Güimar, un poco más al este de la isla y cerca de la autovía del sur. También con algunos viñedos a 1.800 metros de altitud, siendo la cota más baja de 1. 420 metros. Es la bodega Los Pelados, de la familia de Ruperto Gómez Gómez. Cuatro hectáreas, alguna de ellas de vértigo, como las tierras que se encuentran en la llamada La Dehesa, cercanas a los 2.000 metros y con el océano a sus pies. Tintos y blancos sencillos pero interesantes.

Vino tinto tinerfeño Reverón

Vino tinto tinerfeño Reverón / A Copa Llena

El enólogo Raúl Bobet se pasó muchos años mirando los viñedos del Penedés y de la Conca del Barberá, donde Bodegas Torres tiene gran parte de sus viñedos. Era responsable técnico de la famosa firma catalana, un reputado sabio del vino que empezó a sentirse preocupado por el cambio climático y quiso subir la cota y buscar nuevos emplazamientos. Esta vez para su propia bodega. Encontró su sitio en el Alto Pirineo, en Lleida. A mil metros de altitud, a caballo entre las altas cimas del Pirineo y la Sierra del Montsec, en una comarca llamada Pallars Jussà. La bodega se llama Castell d’Encús y está situada cerca de una especie de poblado abandonado, con su iglesia románica y todo, ya remodelada y otras maravillas entre las que encontramos varios lagares de piedra del siglo XII. Lo que demuestra que en plena edad media y en aquellas cotas los monjes hospitalarios hacían vino y no debía de perecerles un sitio tan extraño. Tal vez pudiera ocurrir lo contrario de lo que acontece ahora, que hubiera un “enfriamiento global medieval” y bajaran de las montañas a cultivar vides en zonas más templadas. O puede que abandonaran estos parajes por otras cuestiones, pero el caso es que allí hay lagares y vino se hacía.

 
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