CD Tenerife: la gran revolución
Una veintena de movimientos perfilan en el club blanquiazul una profunda metamorfosis de la mano de Juan Carlos Cordero
Santa Cruz de Tenerife
La cesión de Ramón Folch, proveniente del Elche, fue el último movimiento del CD Tenerife en uno de los mercados más agitados del último decenio para el conjunto insular. A Juan Carlos Cordero, arquitecto de la gran revolución, le habría gustado redondear su trabajo con algún retoque más. Pero al gaditano Stoichkov, que ya había dado una respuesta afirmativa el representativo, no le dejó venir el Mallorca. Tampoco Escriche logró salir del Huesca.
En total, el Tenerife llega al cierre del plazo con diez altas: Gio Zarfino, Bruno Wilson, Jacobo, Manu Apeh, Carlos Pomares, Nono, Kakabadze, Fran Sol, Valentín Vada y Folch.
El trabajo de reconstrucción del plantel ha traído consigo operaciones tan complejas como el desbloqueo de la situación del charrúa Zarfino, que firmó con el Tenerife mucho antes de sumarse a los entrenamientos. No obstante, la espera más larga fue por Sol, que sale a préstamo del Dinamo de Kiev -de Liga de Campeones- y llega sin opción de compra.
Tan compleja como la labor de fichar ha sido la de conseguir las anheladas desvinculaciones para aligerar masa salarial y dejar entrar a los nuevos. Casi de una tacada, Cordero se desprendió de Naranjo (repite cesión en Chipre), Isma López y Undabarrena. A última hora, declinó proposiciones para dar salida a Jorge Padilla o Sam Shashoua. Ambos se quedan, lo mismo que Javi Alonso, aunque éste último con unas muy recortadas opciones de ser protagonista. En el episodio de despedias, probablemente la más controvertida haya sido la de Elliot Gómez, cedido al Valladolid con opción de compra. Antes, Borja Llarena y Fede Olivera fueron los escogidos para cumplir con el Marino. Y ambos emprendieron rumbo al único equipo tinerfeño de Segunda B.
El club puede presumir de haber cubierto todas las posiciones huérfanas de futbolistas y de haberse adjudicado fichajes tan codiciados como el de Zarfino o Sol. Ahora bien, obviamente no todo fueron primeras opciones. Al director deportivo y al entrenador les seducían más opciones que resultaron inviables como la de Antoñito o Miguelón para el lateral derecho; lo mismo que Toro Fernández o Blanco Leschuk para la delantera. O el anhelado Stoichkov, al que la negativa del Mallorca alejó del proyecto blanquiazul.