Picasso enseña al mundo sus 'Grabados eternos' desde Avilés

Avilés

Pablo Picasso aterriza en Avilés con una faceta que quizá puede ser más desconocida para el público mayoritario. Sus 'Grabados eternos' se cuelan en la cúpula del Centro Niemeyer con el deseo de mostrar a todo el que lo desee su vida a través de la técnica hasta el próximo 31 de mayo. 

'Suite Vollard', obra cumbre del grabado del siglo XX, muestra una de las pocas series completas que existen en el mundo sobre este trabajo. Compuesta por un centenar de obras se suman los doce grabados de 'El entierro del Conde de Orgaz', los nueve que conforman la serie de 'Les Cavaliers d'Ombre' y cuatro más: Retrato de Dora Maar (1939), Mujer en el sillón (1947), Cabeza de chica. Françoise (1974) y Jaqueline pañuelo negro vestido rojo (1958). La exposición se completa con varios carnés del artista y libros de bibliófilo.

La comisaria, Marisa Oropesa, reconoce la "complejidad" de colocar los grabados en la cúpula por la disposición del espacio aunque asegura que "si Picasso estuviera vivo le hubiera encatado estar en este maravilloso que es el Niemeyer".

La serie Suite Vollard (1930-1937), consta de 97 grabados de Picasso y tres de Ambroise Vollard. Esta fue un encargo del mismo Vollard como un intercambio de obras, en el que Picasso añadiría a su colección personal obras de grandes artistas como Pual Cézanne, Edgar Degas o Henri Matisse. 

El entierro del Conde de Orgaz es una serie de trece grabados parte de una colección que Picasso publicó como una última declaración de amor a la tradición pictórica española y con un poema/prólogo de su amigo Rafael Alberti. Por último se encuentra Les Cavaliers d'Ombre donde ilustra el libro de Geneviève Laporte, compuesto por poemas escritos entre 1951 y 1953.

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