Agirretxe decide el derbi sobre la bocina

San Sebastián

Un avión sobrevoló Anoeta para darle la victoria a la Real Sociedad en el derbi gipuzkoano contra el Eibar. Se llama Imanol Agirretxe, que con un nuevo doblete se convirtió en el principal protagonista de la remontada realista. Su gol en el minuto 90 llevó el delirio a las gradas de Anoeta y sirvió para que Eusebio siga sin conocer la derrota en San Sebastián desde que cogiera las riendas del banquillo txuri-urdin. Mientras, los armeros parece que han echado el freno de mano y su descaro de comienzos de temporada se ha apagado. Eso lo han pagado en sus tres últimas derrotas, cerrando una semana negra de resultados.

Y eso que los armeros dieron primero. Concretamente, en el minuto 4 de partido. Error en la salida de balón, Yuri pierde la pelota, Keko cede a Enrich, que sirve a Borja Bastón para que sorprenda a la defensa realista. El problema para el Eibar es que no siguió insistiendo, como hacia en otros partidos. Y de eso se aprovechó la Real para empatar pronto, por medio de Agirretxe, que remató como gran killer de área un buen servicio de Canales, en su partido 150 en Primera división. El partido de equilibró a partir de ahí, sin un dueño claro del balón y sin ocasiones de gol... hasta que llegó la recta final de la Primera parte. El Eibar se volvió a animar, a la Real entraron dudas en defensa, y de nuevo Keko volvió a hacer daño por banda derecha, poniendo un servicio precioso a Bastón, que esta vez no supo rematar, quiso controlar, se entretuvo y le robaron la cartera. Respiró Anoeta, se desesperaba Mendilibar. Su Eibar parece haber perdido su instinto asesino.

Y más se iba a cabrear al comienzo de la segunda parte. Porque la Real salió eléctrica de vestuarios. Con combinaciones muy rápidas y certeras que derivaron en la buena jugada por banda izquierda entre Yuri y Vela a que no llegaron por milímetros Agirretxe y Xabi Prieto. Fueron los mejores minutos de los donostiarras, mientras el Eibar no encontraba la manera de soltar la presión realista. Lástima que Keko no pudiera seguir sobre el césped porque estaba fundido. Su ausencia sí hizo daño al equipo eibarres. Pero como el gol no llegaba, el partido se fue equilibrando de nuevo. El Eibar volvió a aparecer por la portería de Rulli, pero sin crear peligro, salvo el posible penalti de Rulli sobre Borja Bastón tras un error realista en el balance defensivo. Rulli tocó balón, pero arrolló después al delantero madrileño, que después decía que no había sido penalti. Un peligro que sí llevaba el equipo donostiarra, que prescindió de Vela en los últimos 20 minutos, y la jugada no le salió tan mal.

Porque la salida de Bruma y Jonathas terminó de desequilibrar el encuentro. Y mientras Mendilibar demostraba conformarse con el empate sacando a Ramis. Esos movimientos llevaron a la jugada clave del final. Con el Eibar achicando balones, Granero puso un balón por encima de la defensa armeros que Jonathas tocó de cabeza y Bruma con la puntera para que Agirretxe, quien sino, a puerta vacía, marcara gol de decidía el derbi guipuzcoano. Justo premio a una Real que fue mejor en la segunda parte, y castigo merecido a un Eibar que, esta vez, a diferencia de otras ocasiones, no fue fiel a su estilo y fue demasiado conformista.