Tras cuatro meses desde que el pasado 7 de octubre Hamas llevara a cabo una incursión coordinada en territorio israelí matando a alrededor de 1.200 personas, lo que provocó una respuesta militar del Gobierno de Benjamin Netanyahu en la Franja de Gaza, que se ha cobrado más de 25.000 víctimas mortales, Jesús Núñez Villaverde, economista y codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), considera que estamos lejos del cese de esta operación de castigo.

Pese a la tregua propuesta por Hamás y las presiones internacionales, este analista afirma que para Israel la liberación de los presos retenidos no es una prioridad y que "la retirada de sus tropas solo se producirá una vez que crean que han alcanzado sus objetivos militares".

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Núñez estará el viernes, 9 de febrero, en Alicante, en la sede de Casa Mediterráneo para ofrecer la conferencia titulada "Visión panorámica de la situación de inseguridad en Oriente Próximo". En la misma, hará un diagnóstico de las razones que subyacen a la guerra, el papel de los actores implicados y el futuro de la población gazatí.

Como primera premisa asegura con rotundidad que la fórmula de los dos Estados propuesta por la comunidad internacional, entre otros países por Estados Unidos, para acabar con este conflicto "está absolutamente agotada" y por tanto "es inviable".

Ataques del 7 de octubre

En Hoy por Hoy Alicante hemos conversado con este economista que recuerda que el conflicto entre israelíes y palestinos no es nuevo y por supuesto, antes del 7 de octubre, no había paz en la franja y se batían récords de muertes y operaciones militares por parte del gobierno israelita, algo que también se ha llevado a cabo en Cisjordania. En este contexto, cree que con sus ataques Hamas midió mal las consecuencias o la reacción de respuesta de Netanyahu, quien ya se encontraba en una delicada situación política debido a las causas judiciales que tiene pendientes.

Tras estos ataques, de los que la opinión publica le culpa como único responsable del fallo de seguridad que los facilitó, Núñez vio la posibilidad de llevar a cabo una exagerada operación de castigo. Y en estos momentos, ha emprendido una huida hacia adelante prolongado el conflicto como única vía para no perder el cargo de primer ministro.

Por otra parte, considera que todos estos ataques no van a servir para acabar con Hamás ya que no es solo un grupo armado, sino también un actor político y social y sobre todo es "una idea" imposible de acabar con ella con las armas.

Además, insiste en que la población palestina está padeciendo un proceso de aniquilación y que el cese de la ayuda económica a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) provocado por Israel, trata de acabar con el trabajo que llevan a cabo para visibilizar los ataques que sufre la población gazatí.

Al margen de esta ataques injustos, pese a los conatos, Jesús Núñez no considera que el resto de los actores que actúa en la región, desde Hezbola, las milicias proiraníes o los hutíes de Yemen, tengan la intención de que alcance una escala regional, pero jugar con fuego en un terreno abonado para los incendios puede provocar una situación indeseable.