Uno de cada cuatro graduados en ciencias político-jurídicas está a favor de la pena de muerte

Barcelona

Estos días se ha conmemorado el 50 aniversario de la ejecución de Salvador Puig Antich. También se ha recordado que en el año 1978 en España se prohibió la pena de muerte. Fue Mònica Terribas quien habló de un estudio muy sorprendente que ha realizado la Universidad de Barcelona sobre la pena de muerte. Entrevistaron a casi 1000 estudiantes de primer año de carreras universitarias, políticas y jurídicas, y casi la mitad de estos estudiantes manifestaron estar a favor de restablecer la pena de muerte en delitos graves.

Concretamente, fueron el 48,75% de los estudiantes. Jóvenes que comenzaban, hace dos años, grados como derecho, criminología, ciencias políticas o gestión pública. El objetivo era saber si los valores de estos futuros alumnos están en sintonía con los valores democráticos actuales. De estos, casi mitad que están a favor de restablecer la pena de muerte, el 53% son chicos y el 47%, chicas.

Una sorpresa oculta

Uno de los autores del estudio, el doctor Antonio Madrid, cuenta que cuando él y su equipo comenzaron el estudio no esperaban que el porcentaje fuera tan elevado. Sabían que habría alumnos con esta opinión por "evidencias" que habían percibido en las clases, jóvenes que, cuando se debatía la pena de muerte, "cuestionaban lo que es constitucional" en el caso español: "yo calculaba un 20% o un 30%", ha admitido el profesor.

El estudio se realizó durante la primera semana del curso para "evitar influencias de materias" y también en un momento en que no hubo ningún "incidente que llamara al populismo", como puede ser un delito muy mediático. Lo que es una buena noticia, sin embargo, es que a medida que los estudiantes se van formando, este porcentaje baja, aunque sigue siendo bastante elevado. Un 33% de los estudiantes de tercer curso continúan mostrándose a favor de la pena de muerte y, en cuarto curso, son uno de cada cuatro estudiantes: "el 20% de los que han aprobado todas las asignaturas y se deben graduar no están en sintonía con los valores de la Constitución española".

Los motivos

El doctor Madrid ha apuntado a diferentes causas. Primero, ha aclarado que la universidad no está al margen de la sociedad, sino que es un "reflejo" y, por lo tanto, una primera explicación sería que la "reacción conservadora" que está habiendo en la sociedad, también se ha trasladado a la universidad. Las redes sociales han acelerado esta tendencia y también se ha "olvidado la importancia de la lucha por los derechos y libertades", falta de memoria histórica.

Ahora bien, el profesor también ha apuntado que de los jóvenes estudiantes que podrían defender la pena de muerte, un porcentaje muy elevado "no sabrían cómo argumentarlo". Es decir, que esta opinión es "emocional y no meditada". Una situación que, explica, encaja con la época que vivimos actualmente, una época en la que "la resolución de conflictos se basa más en las emociones que en los argumentos". En este sentido, el doctor Madrid no piensa que los estudiantes vean la pena de muerte como una solución eficaz, sino como la "respuesta justa" a algunos tipos de delitos.

El mea culpa

"Es un error pensar que los principios y valores que tenemos están consolidados", ha destacado el profesor. Los principios democráticos se deben trabajar "continuamente" y no se pueden dar "nunca por seguros o eternos". Es por eso que ha animado al profesorado a que cuando se explique el derecho en carreras políticas o jurídicas no solo se explique "técnicamente" para aprobar un examen, sino también contribuir a que las personas que en el futuro deben cuidar la democracia "se identifiquen con los fundamentos".

Por otro lado, también ha considerado que hace falta reintroducir el "diálogo donde predominen los argumentos" en universidades, institutos y escuelas porque, como sociedad, "la respuesta emocional no puede ser la única".