Una menor relata en la Audiencia de Cantabria la "horrible" agresión sexual que sufrió por parte de un vecino

Santander

La menor denunciante de un agresión sexual por parte de un vecino en mayo de 2021, que está acusado de "manosearla" e intentar besarla en el portal del bloque de viviendas donde vivían, ha asegurado que fue "horrible" y ha descrito como "muy duro" el año que tardó en confesar lo sucedido, sobre todo cuando se encontraba con él en la calle. Así lo relató ante una psicóloga y un trabajador social en la instrucción de la causa, una declaración grabada que se ha emitido como prueba preconstituida este miércoles en el juicio celebrado en la sección primera de la Audiencia de Cantabria.

El acusado, que se enfrenta a dos años de cárcel por abuso sexual a menores, ha negado los hechos y ha achacado la denuncia a un enfrentamiento vecinal con la familia de la menor.

La menor ha explicado que los hechos ocurrieron en mayo de 2021, sin poder concretar el día, cuando tenía 12 años y todavía con restricciones por la pandemia de la covid para salir a la calle y uso obligatorio de la mascarilla, sus padres la mandaron a comprar el pan a la hora de comer.

Y ha señalado que cuando volvía a su casa se encontró con este vecino, de 63 años, que empezó a hablarle, lo que no era habitual, y le hizo sentirse "incómoda" porque la conversación era "impropia" al aludir a que las niñas de su edad "están muy desarrolladas".

Cuando llegaron al portal, la menor ha detallado que el hombre la puso la mano en la espalda y la "bajó hasta el culo" y empezó a "manosearme", para a reglón seguido quitarse la mascarilla e intentar besarla en la boca, lo que no consiguió porque ella llevaba puesta la suya.

Me quedé paralizada

"Me quedé paralizada", ha recordado y ha indicado que tardó un año en contarles, primero a su hermana mayor y, luego, a sus padres lo que había ocurrido, un tiempo en el que admitido que tenía "miedo" de cruzarse con este hombre.

También sufrió ataques de ansiedad, se autolesionó en tres ocasiones y tuvo problemas para dormir, lo que le llevó a someterse a tratamiento psicológico, lo que ha mejora su estado, aunque todavía padece ansiedad.

El acusado ha atribuido esta denuncia a que los padres de la menor le acusaron de tirar comida por la ventana de su casa al jardín de la vivienda de ellos, lo que atraía a las ratas, y ha asegura que el padre le amenazó con denunciarle.

La madre de la menor ha reconocido este enfrentamiento, que, según ha aclarado, se produjo en 2019, un año antes de la denuncia por abusos, y ha indicado que como el lanzamiento de comida dejó de producirse, la relación con el vecino "volvió a ser cordial".

El hombre también ha defendido su inocencia alegado que durante el mes de mayo de 2021, como se levantaron las restricciones para que las personas mayores salieran a la calle unas horas al día, el acudía con asiduidad a comer a casa de su hijo que vivía a varios kilómetros, aunque ha admitido que no fue todos los días del mes.

El fiscal ha confirmado su petición de condena por un delito de abuso sexual a menores para el acusado, al que solicita que se le impongan también cinco de libertad vigilada y siete de inhabilitación para desempeño con menores, mientras la acusación particular pide, además, una indemnización de 3.000 euros por responsabilidad civil.

La defensa ha vuelto a pedir la libre absolución del acusado o que, si no es así, se le aplique el atenuante de dilaciones indebidas y la pena en menor grado, al entender que se trata de un delito de coacción con invasión "leve" a otra persona.