El CD Tenerife sigue coleccionando derrotas y sinsabores

Santa Cruz de Tenerife

Tras una semana agitada, otra más, en el plano institucional y judicial que viene marcando la actualidad del CD Tenerife últimamente, tocaba saltar al verde y jugar en La Rosaleda después de dos derrotas seguidas ante Elche y Córdoba encajadas por el combinado de Cervera. Sin Fabio, Sergio y Aitor Sanz como bajas destacadas en los blanquiazules, se buscaba la difícil tarea de ganar fuera de casa y encontrar algún resquicio para aferrarse a las matemáticas a 14 puntos de la permanencia y con 42 puntos por disputar tras el encuentro frente al Málaga CF. No hubo sorpresas en el once y tampoco mucho fútbol en los primeros 45 minutos, con escaso ritmo y muy pocas apariciones, a excepción de varias jugadas polémicas, donde Enric Gallego pidió penalti por un agarrón de su camiseta y otro par de acciones en área blanquiazul con reclamaciones de la grada y el equipo local, aunque ni el colegiado Lax Franco ni el VAR determinaron como punibles. Por consiguiente, pésima primera parte que generó más bostezos que emociones.

Se cayó el Tenerife en la segunda parte

A pesar del buen comienzo tras el descanso, en el minuto 52 llegó el habitual varapalo de cada jornada con el gol local después de un córner y de la ejecución de Dani Sánchez que no pudo desviar un Édgar Badía tapado por múltiples piernas de futbolistas. No se veía atisbo de capacidad de meterle mano al Málaga y poco después tuvo el cuadro andaluz la opción de aumentar el marcador por un penalti señalado a raíz de un derribo de David a un rival. Pudo detener Badía y quedaban trece minutos, aunque no había signos de posibilidad de empatar por parte del CD Tenerife. Nueva derrota, la decimoséptima, y otro paso hacia el descenso.