Canarias, la tercera comunidad autónoma con más delitos de odio: "la gente joven es más activa en redes y los índices de criminalidad son más altos"

Las Palmas de Gran Canaria

Canarias es la tercera comunidad autónoma en donde más delitos de odio se registró en el periodo comprendido entre 2002 y 2021, según un estudio realizado por el Consejo General del Poder Judicial, sobre racismo, xenofobia, LGTBIfobia y otras formas de intolerancia. El Archipiélago está por detrás de Barcelona y Madrid, que acaparan el mayor porcentaje de casos judiciales relativos a estos delitos en ese periodo, en donde el mayor volumen a nivel nacional, está relacionado con la orientación o identidad sexual, seguido por el origen racial o la ideología.

Sin embargo, a pesar de estos llamativos datos en las islas, el fiscal de Delitos de Odio en Las Palmas, José Antonio Díez explica que "Canarias es una comunidad autónoma tolerante, lo que ha existido una serie de circunstancias que determinan el registro de los delitos de odio". Entre ellas, Díez ha detallado que "la inmigración ilegal que se ha producido de manera notable con un llegada importante de personas en un corto periodo de tiempo ha podido servir de caldo de cultivo para que se cometan delitos del odio. Por otro lado, la existencia de múltiples zonas o establecimientos conocidas de turismo homosexual, también, ha servido para que se susciten más delitos contra ese colectivo. La pluralidad de razas y de credos que se dan en la sociedad canaria, en mayor proporción que en otras zonas de España, igualmente. Sin embargo, esto se compensa con la actitud propia de los canarios que es tolerante, abierta y respetuosa con lo que podría ser otras poblaciones de España, en donde la población es más homogénea y la diferencia es más llamativa".

En cuanto a qué aspectos han podido influir en estos datos, el fiscal ha señalado que "Canarias tiene una población relativamente joven, lo cual la hace más activa y los índices de criminalidad, en ocasiones, son más altos, atendiendo al menor envejecimiento de la población. En cuanto a los delitos que se puedan cometer a través de las nuevas tecnologías, relacionados con manifestaciones o discursos de odio, la presencia en redes sociales, también se vincula con la gente más jóven. Cada vez esto ocurre menos, porque cada vez más las personas con mayor edad, usan las redes, pero ese es un dato a tener en cuenta. La persecución y la adecuada identificación de los incidentes desde el primer momento, que se califican como delitos del odio, desde que se investigan, hace que suba el número estadístico".

Sobre los periodos en los que se ha producido una mayor tendencia de este tipo de delitos, Díez ha explicado que llama la atención "la pandemia, en donde se unió el rechazo a la inmigración irregular con el riesgo añadido al contagio en tanto que se trataba de una llegada de personas que no habían sido cometidas a un control del virus. Cuando pasó el periodo pandémico y se redujo el problema sanitario y también descendió la llegada de personas migrantes, también se redujo el número de delitos". En lo relativo a los perfiles de quienes cometen delitos del odio "son transversales, y a veces son contrapuestos, y por lo tanto no se puede hacer un perfil del que los realiza ni siquiera de las víctimas. Son perfiles diferentes, el que lo comete por orientación sexual al que lo comete por ideología", ha indicado.

Puntualiza el fiscal general que a pesar de estos datos "la sociedad canaria, en general, tiene un alto nivel de tolerancia, un criterio respetuoso, a priori. Es tradicional. Es precisamente en la sociedad canaria por la pluralidad y por los múltiples modos de vida, que existe ese carácter abierto y respetuoso y, también, con respecto a la migración. Han habido muchos canarios emigrantes, ha habido mucho contacto con el turismo. No hay un discurso de odio contra ningún grupo concreto. Puntualmente, se han producido casos concretos contra el islamismo, pero han sido muy, muy concretos y puntuales" finaliza.

Canarias acumula el 7% del total de delitos de odio contabilizados en el periodo de estudio, de los cuales, el 6,4% corresponden a la provincia de Santa Cruz de Tenerife, la tercera por detrás de Barcelona con el 38% y Madrid con el 12,8%. Este estudio apunta a que uno de cada cinco delitos de odio cometidos en España entre 2002 y 2021, el 22,7%, tuvo como objetivo la orientación y la identidad sexual de las víctimas.