El Tenerife gana, el Heliodoro respira aliviado

Santa Cruz de Tenerife

Otro examen más para el CD Tenerife y para Asier Garitano, quien había tenido una controvertida rueda de prensa el viernes con un llamativo mensaje a Álvaro Romero y verbalizando sus argumentos sobre los "intereses" de los medios de comunicación y el posicionamiento generalizado de los actores principales del club y del entorno. Además el horario de las 15.15 horas y el clima enrarecido en torno al equipo generaba dudas sobre cómo iba a ser recibido el técnico guipuzcoano por parte de una, cada vez más, más crispada y desconfiada afición (hubo pitada generalizada cuando su nombre se anunció por la megafonía del estadio). Mientras, el técnico optó por dar cabida a Sergio González como central y mantener a Corredera y Aitor Sanz en la medular; dio margen a Luismi Cruz para volver al once y siguió apostando por Enric Gallego como su delantero centro preferente. Salió enchufado el cuadro de Miranda de Ebro buscándole las cosquillas al equipo blanquiazul, pero de inmediato el CD Tenerife se puso manos a la obra y empezó a darle ritmo al partido a la espera de que empezaran a llegar las situaciones de peligro a la meta visitante.

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Ritmo alto en los primeros minutos

Con todo, el encuentro presentaba movilidad en los dos equipos y se estaba viendo un tramo inicial entretenido, aunque sin ocasiones para los porteros Juan Soriano y Ramón Juan respectivamente. Había mucha participación de los futbolistas de banda del Tenerife (Luismi y Rahmani), junto a los laterales Fer Medrano y Jeremy Mellot. lo que generaba problemas al Mirandés y trajo en el minuto 20 un claro penalti por derribo a Luismi Cruz, producto de la calidad del gaditano, que dio la posibilidad a Enric Gallego de meter su quinto gol del curso -tercero desde los once metros-, y poner en ventaja al conjunto tinerfeño. Necesitaba el equipo este gol al igual que Gallego, que no marcaba desde el ocho de octubre ante el Burgos. Los mismo que un Luismi Cruz diferencial, desequilibrante y con talento a raudales, como evidenció diez minutos después del uno a cero marcando un gol espectacular desde el borde del área poniendo la pelota en la escuadra y allanando el camino a la victoria con una hora de juego todavía por delante. El único lunar en los primeros 45 minutos fue la lesión de Aitor Sanz, quien se tuvo que retirar en el minuto 36 con un problema muscular entrando en su lugar Nikola Sipcic, pasando Sergio al centro del campo y el balcánico jugando atrás con León de compañero.

Reacción rojilla y miedo blanquiazul

Nada más empezar la segunda mitad el partido entraba en otra dimensión y el Tenerife iba a perder rápidamente la cómoda ventaja que tenía. Penalti de Enric Gallego por zancadilla a un rival y gol de Carlos Martín que batió a Soriano en el minuto 49. Quedaba por ver cómo iba a reaccionar el Tenerife y si el CD Mirandés iba a tener capacidad para poner en más problemas a los de Garitano. Pero el equipo de Anduva no terminaba de dar un paso al frente y los locales tampoco de poder ganar de nuevo en margen de maniobra para la tranquilidad de los minutos finales y no complicarse la vida y poner en riesgo la victoria. Llegó el momento de los cambios y Ángel entró por Enric al tiempo que Waldo Rubio lo hizo por Yanis Rahmani. Era el minuto 68 y todavía al partido le quedaban letras por rellenar. Afortunadamente, pese a los nueve minutos de prolongación y algún susto del Mirandés, el triunfo se iba a quedar en casa para alivio de los más de 13.300 espectadores que estuvieron en el Rodríguez López y presenciaron la úndecima victoria de la temporada del CD Tenerife.