Santa Cruz de Tenerife

Este derbi tenía una particularidad que no habían tenido los más recientes entre los dos referentes del fútbol canario. Y es que solo uno se llevaría no solo el triunfo sino el billete para octavos de final de la Copa del Rey y dejar a su eterno rival en la cuneta. El Tenerife, con aires irregulares en Segunda División, pero acariciando los puestos de playoff al cierre de la primera vuelta, y la UD Las Palmas firmando un excelente camino en su regreso a la élite y llegando al Heliodoro con aroma de favorito por su vitola de club de categoría superior y dado su rendimiento liguero codeándose con la high class del fútbol español. La sorpresa en el once de Garitano fue la ausencia de Corredera para juntar a Bodiger y Aitor Sanz en la medular, mientras que Teto, Roberto, Luismi y Ángel se repartían los papeles ofensivos. Por su parte, García Pimienta sacaba su unidad B con jugadores como Bassinga, Herzog, Pejiño, Cristian Herrera o Sory Kaba.

Alineaciones:

CD Tenerife: Tomeu Nadal, José María Amo, Aitor Sanz, Loïc Williams, Jérémy Mellot, Nacho Martínez, Yann Bodiger, Roberto López, Luismi Cruz, Teto y Ángel Rodríguez. UD Las Palmas: Aarón Escandell; Julián Araujo, Juanma Herzog, Álex Suárez, Sergi Cardona; Mfulu, Enzo Loiodice, Abou Bassinga, Pejiño, Cristian Herrera; y Sory Kaba.

El CD Tenerife salió como un tornado, pleno de intensidad y con presión alta para asfixiar a una UD que, como sucedió en el último derbi liguero del curso pasado, encaró el partido aletargado y frío, lo que no desperdició el cuadro tinerfeño para hacer sangre. Primero fue Roberto en el minuto dos el que acarició el gol, que sí acabaría llegando en el tres obra de Jose Amo tras un córner y empujando desde cerca al fondo de la portería de Escandell. Las Palmas estaba desarbolada por el conjunto de Asier Garitano que apretaba y robaba con maestría acabando por marcar el 2-0 en el minuto 20 en una contra que finalizó Luismi Cruz para desatar la locura en las abarrotadas gradas del Heliodoro que asistía feliz a la exhibición de su equipo. Tomeu Nadal era un tranquilo ojeador desde su posición del juego y ante la falta de respuesta ofensiva de los amarillos, que no generaban nada de tres cuartos de campo en adelante. La primera parte fue una pesadilla para la UD Las Palmas que se fue aturdida y golpeada al vestuario, mientras que los blanquiazules solo se lamentaban por no haber podido aprovechar su superioridad para haber hecho algún gol más.

Solo un cambio dictó Pimienta para la reanudación, con Benito Ramírez entrando en lugar del joven Bassinga. Con más empuje y velocidad compareció Las Palmas ante un Tenerife más a la expectativa y a verlas venir. Había cambiado el guión del partido y ahora los visitantes dominaban el juego y se acercaban más a la meta defendida por Tomeu Nadal. Un tiro de falta de Benito puso el nudo en la garganta de los tinerfeñistas y dio pie a que el Tenerife buscara aire, que no encontró ya que en el minuto 63 sería expulsado Jose Amo por un supuesto codazo en una disputa a M'Fulu, que dejaba con diez futbolistas a los locales con mucho tiempo todavía por jugar. Además Pimienta metió en el verde a Moleiro y Kirian para dotar a los suyos de recursos y calidad. También Garitano iba a dar un giro a su equipo y Sergio González cubriría la expulsión de Amo dando salida a Luismi Cruz -gran partido el del gaditano-. El caso es que también Las Palmas iba a tener que lamentar la expulsión de Araujo. El mexicano propinó un cabezazo a Nacho Martínez que no perdonaba De Burgos Bengoetxea con tarjeta roja directa a menos de 15 minutos del final. Pese a los intentos desesperados, no supo Las Palmas como meterle mano al Tenerife que acabó disfrutando y entregado al ambiente de los más de 21.000 espectadores que vieron in situ a su equipo clasificarse para octavos de final de la Copa del Rey.