Un Tenerife al alza

Santa Cruz de Tenerife

Había que refrendar en el Heliodoro los cuatro puntos de cosecha que se había traído el CD Tenerife tras sus visitas al Cartagena y al Racing de Santander. De nuevo con el Heliodoro como aliado, donde no vencía desde el pasado 7 de diciembre al Alavés, los de Ramis se enfrentaban a un rival en plena forma y también como los blanquiazules, que llegaban al choque tras siete encuentros sin perder. El cuadro de Rubén Albés es uno de los mejores visitantes de la categoría y con esas credenciales se plantó en feudo tinerfeño, pero el CD Tenerife fue más listo y supo aprovechar la renta para administrarla a base de trabajo y seguridad. Para medirse al Albacete, Ramis se decantó por José León y Sergio como centrales, mientras que la responsabilidad ofensiva recayó en la pareja Enric-Garcés, con Waldo Rubio e Iván Romero en las bandas. En el banquillo estaban los dos recién llegados: Kike Salas y Riza Durmisi, siendo la de Sam Shashoua la gran ausencia de la convocatoria, habiendo avisado ya en la previa el entrenador que había un futbolista que era duda hasta última hora sin desvelar su identidad, resultando finalmente el británico el jugador afectado. Al minuto 3 Nacho fue amonestado por una dura entrada y ya en el 10 llegaba el penalti que dio origen al uno a cero. Enric Gallego fue derribado en el área y el mismo delantero de Martorell fue el encargado de ejecutarlo de manera magistral para poner por delante a su equipo en los albores del partido. El partido tenía un ritmo alto y tanto Albacete como Tenerife tenían la portería rival como meta en cada movimiento de balón; sin especular, sin titubear, y eso lo agradecían los aficionados que disfrutaban de un fútbol atractivo, pero conscientes del peligro que llevaba el cuadro manchego en cada acometida. Además, aparte de Nacho también vieron cartulina amarilla en el primer tiempo Aitor Sanz y José Ángel, lo que mermaba la capacidad de presión agresiva característica de los pivotes blanquiazules. Con la lluvia como invitada al Heliodoro, el Tenerife fue perdiendo protagonismo con la pelota y era el rival el que marcaba el paso, aunque sin poner en serios apuros a Juan Soriano.

Tocaba resistir

Era evidente que, dado el empuje del Albacete, había que pelear con uñas y dientes por no perder la renta en el marcador. Ante la circunstancia de las amonestaciones, Ramis dejó en el vestuario a Aitor Sanz y Nacho, para dar entrada a Aitor Buñuel y Javi Alonso, situando a Mellot en el lateral zurdo y dando aire en la medular con el jugador adejero. El escenario del partido mandaba cambiar la velocidad y el CD Tenerife apostó por adormecer el juego y replegarse, ante un Albacete Balompié que se adueñó del balón aunque, afortunadamente, seguía sin generar peligro real a la meta tinerfeñista. Superada la hora de partido llegaron más cambios en los locales, saliendo del campo Borja Garcés y Waldo, dando pie a Teto y Elady Zorrilla. Restaban más de 20 minutos y el partido seguía en el alambre, con un Alba que era pertinaz en su búsqueda del empate y un Tenerife renunciando a la posesión y trabajando a toda máquina para cubrirse sin mojarse. El transcurrir del minutaje fue fortaleciendo a los locales y debilitando a los de Rubén Albés, que poco a poco iba perdiendo fe para finalmente claudicar ante un Tenerife que sigue creciendo en su confianza y escalando puestos en la clasificación.