Leila Guerriero

A vivir que son dos días

"El momento perfecto se diluye antes de que podamos reconocerlo. Es un instante sobrevenido. Se esfuma rápido"

A vivir que son dos días

“El destino, para las personas que creen en él, es una estación feliz a la que arriban deslizándose en la más dulce inconsciencia sobre una patineta azul empujada por una brisa suave”

A vivir que son dos días

"Los problemas de convivencia no se solucionan con un biombo que impida ver porque ese es precisamente el problema: que se ha dejado de ver"

A vivir que son dos días

"Los que a veces están de acuerdo con eso y a veces no pero que, desobedientes, hacen lo que pueden. Nunca lo que les dicen que hay que hacer. Los peligrosos de siempre"

A vivir que son dos días

"Se dio cuenta de que yo dirigía mi arsenal febril hecho de fantasías, ideas de libertad e independencia directo hacia su corazón, vio que yo era un coyote dispuesto a devorar todo lo que había sido de ella, y no me detuvo. Permitió que lo tomara todo. Dejó, para decirlo claro, que le ganara"

A vivir que son dos días

"No hay que tener tanta fe en la imagen. La imagen siempre confunde. Es mejor leer de otra manera"

A vivir que son dos días

"Una guerra se reduce a eso: desconocidos tratando de matar a desconocidos en un marco tan deforme que esas muertes están permitidas: salvo excepciones, no son homicidios ni asesinatos"

A vivir que son dos días

"Aun cuando llevo buena parte de mi vida dedicada al oficio de acomodar palabras, a veces pienso que no es necesario hablar para entenderse"

A vivir que son dos días

"Cuando uno menciona sus influencias habla de libros y películas prestigiosos, y deja olvidadas las cosas cursis y baratas que le salvaron la vida"

A vivir que son dos días

"Claro que es razonable: lo que no funciona nos produce regocijo. Lo que funciona, en cambio, nos aburre. Porque la felicidad no tiene relato y la tragedia sí. Para confirmarlo basta con leer los diarios."

A vivir que son dos días

"Tampoco sabía que los autobuses se detenían cada dos cuadras y que, para que lo hicieran, había que accionar un timbre en la parte trasera. En mi pueblo uno se acercaba al chofer y le susurraba: 'Parada, por favor'”

A vivir que son dos días

"Todo estaba mudo y, de pronto, todo hablaba. Era un lenguaje aterrorizado, pero un lenguaje que yo sabía escuchar. Las cosas del mundo se volvieron sólidas y apareció, en medio del dolor ácido y vengativo, un presagio juvenil: más adelante todo estará bien"

A vivir que son dos días

"Así estamos. De las camisetas con la leyenda 'Hagamos el amor y no la guerra' a los patos en la cabeza. Y nadie sabe a dónde va nadie, ni por qué"

A vivir que son dos días

"En 1966, Vonnegut le envió una carta a uno de sus alumnos de Iowa que decía: 'Escribe como un humano. Escribe como un escritor'. Eso hace Juresa: escribir como un humano, escribir como un escritor"

A vivir que son dos días

"Lo que importa es mantenerse en la periferia donde el brillo se atenúa con la oscuridad, donde la oscuridad se humedece por briznas de luz que siempre duran poco. Que son sólo eso: una promesa bella pero engañosa"

A vivir que son dos días

"Yo jamás llevaría una vida así, pero eran un buen equipo: cada uno trabajaba en lo suyo. Sin embargo, según Milei mi madre no trabajó. Nada. Nunca"

A vivir que son dos días

"Se trata de un reflejo de la desigualdad: las mujeres dedican veinte horas más por mes que los hombres a las tareas domésticas"

A vivir que son dos días

"Como sea, vengo a hablar de un film fabuloso, Días perfectos, de Wim Wenders. Se dice que son dos horas sublimes y lo son, pero me parecieron sublimes por motivos contrarios a los que se mencionan"

A vivir que son dos días

"En Buenos Aires pasaban cosas y allá, en cambio, no pasaba nada. Sin embargo, si puedo presentir una tormenta, si puedo oler la presencia lejana del agua, si sé cómo atravesar un vado, es porque estuve allí"