David Guardado presenta en Gijón 'Nunca vencida, una historia de la idea d'Asturies'

Gijón

Lleva apenas un mes en las librerías y 'Nunca vencida' sigue sumando alabanzas. El ensayo escrito por el filólogo David Guardado, recientemente nombrado miembro de número de la Academia de la Llingua, aborda de manera novedosa cómo se ha construido desde la Edad Media hasta la actualidad la identidad de Asturias, analizando los contextos de cada uno de esos discursos y mostrando, con ingente documentación y diversidad de fuentes historiográficas, los intereses a los que servían cada una de esas ideas.

El autor, que ha presentado el ensayo en Hoy por Hoy Gijón, ha señalado que la aportación "novedosa" de su obra es el "punto de vista contextual y algo materialista” del que parte para explicar "por qué pensamos lo que pensamos sobre Asturias”. Guardado ha matizado que 'Nunca vencida' "no es una historia de Asturias”, sino "una historia de la idea de Asturias, de sus mitos. Una interpretación de la historia analizando el contexto. Por qué ciertas personas en determinados momentos, en determinadas circunstancias y en función de qué ideologías, han propuesto una visión de Asturias u otra”.

Mitos y símbolos asturianos: Covadonga, Pelayo o la revolución del 34

En cuanto a los mitos y símbolos asturianos como Covadonga, Pelayo, La Santina o la revolución del 34 otra de las novedades que plantea el trabajo es señalar como “toda esa simbología, mitologías y constelaciones de iconos relacionados con Asturias dependen de un mito principal: la idea de Asturias como un pueblo que se defiende ante el invasor y es inexpugnable”. A raíz de esa idea, ha explicado Guardado, “Pelayo puede ser apropiado por el partido comunista, por la monarquía, por el catolicismo o casi por cualquier cosa porque está fuera de lo racional o lo histórico, está en un ámbito mítico”.

Renuncia, sacrificio

Otras claves que desarrolla el ensayo son las ideas de renuncia, sacrificio y universalismo. "Las dos primeras se desarrollan en el siglo XIX, con la construcción del Estado moderno liberal que dará lugar a dos corrientes distintas: la visión de España como un Estado unitario con una lengua, administración y cultura única", y otra visión "menos conocida, pero muy importante en ese momento: la España federalista”. Según Guardado, a Asturias y a otros territorios con características propias "se les pide en ese momento, de alguna manera, la renuncia; se plantea que Asturias tiene que renunciar a ciertas características".

El autor ha explicado en SER Gijón como en ese momento (siglo XIX) Asturias llega a perder su nombre (pasa a llamarse Provincia de Oviedo), la institución (la Junta General) o su lengua que "pasa a segundo plano como un sacrificio para la construcción de esa idea de España unitaria”. El sacrificio, otro de los conceptos claves del ensayo, alude entonces a la forma de esa renuncia. ”Asturias es la madre de España y como las madres, tiene que sacrificarse, incluso su vida, por su hijo”, ha apuntado.

Universalismo asturiano

Guardado también añade un concepto para entender la construcción de la idea de Asturias, "lo que yo he llamado el universalismo asturiano", que plantea que "esa renuncia es necesaria porque somos universales. Hay que modernizarse, hay que progresar". Una corriente ideológica que parte del liberalismo de la restauración y se traslada al movimiento obrero asociándola al internacionalismo. "Hay parte del movimiento obrero y de la izquierda que asume ese discurso cuando no era parte de su tradición, que en el siglo XIX era una tradición federalista y eso es muy interesante porque llega a la Transición, cuando se construye el proceso autonómico asturiano y se parte de eso, de esa renuncia y de que en Asturias no necesitamos ser nada, demostrar nada. No es que no tengamos identidad, es que nuestra identidad es ser universales".