Bienvenido sea el abandono del tacticismo y la visión electoralista

Más de un mes después del inicio de la invasión rusa a Ucrania, por primera vez se han detectado algunos movimientos esperanzadores en la escena diplomática. Por primera vez se puede pensar que la vía de la diplomacia, que la vía de la negociación, puede tener algún futuro. Pero, claro esto, de momento, no se traduce sobre el terreno, donde Putin dice, por un lado, que va a reducir las operaciones militares, pero por otro lado sigue impidiendo los corredores humanitarios que permitan, por ejemplo, la evacuación de civiles de Mariúpol. Así que, de momento, seguimos con las mismas precauciones de siempre, pero aferrados como a un clavo ardiendo a la posibilidad de que el entendimiento pueda poner fin a la guerra de Ucrania. Veremos.

Hoy de la guerra se va a hablar en el Congreso de los Diputados. Dentro de una hora está previsto que el presidente del Gobierno arranque su intervención contando, primero, el resultado del último Consejo Europeo y las medidas que ayer aprobó el Consejo de Ministros para poder hacer frente a la crisis derivada de la guerra. Y después, y esto es quizás lo que levanta más expectación, por fin Pedro Sánchez tendrá que explicar en sede parlamentaria el cambio de postura en relación al conflicto del Sáhara, un cambio histórico y del que solo ha hablado muy brevemente durante su visita de hace unos días a Ceuta y Melilla. Hoy veremos si descubrimos las verdaderas razones que hay tras un giro que no se consultó con ningún otro partido y que ha sido duramente criticado tanto por los socios de Gobierno, los socios parlamentarios y la oposición.

Y mientras escuchemos a Sánchez conoceremos también el dato de la inflación que pinta mal, muy mal, y para el que están pensadas las medidas que ayer aprobó el Gobierno y que no parece que vayan a contar con excesiva oposición de la cámara. Todos son conscientes de que son urgentes y necesarias, así que bienvenido sea este ataque de responsabilidad colectivo, bienvenido sea el abandono, por una vez, del tacticismo y la visión electoralista y cortoplacista y bienvenido sea que se piense de una vez en el bien de todos.