Antirracistas, feministas, comprometidos: así es la nueva generación de poetas

Esta semana, el ministerio de Cultura ha suspendido los proyectos e iniciativas en curso con la Federación Rusa. En una época marcada por la cancelación, la pregunta era obligada: ¿es censura? "Seguiremos leyendo a Tolstói, a Dostoyevski y a Turguénev. Lo que desde el ministerio hemos acordado, con todos nuestros socios europeos, es suspender la colaboración institucional con la Federación rusa en aquello que atañe a la cultura. Nosotros sabemos distinguir perfectamente lo que es un gobierno y lo que es un pueblo o lo que es una cultura. Nosotros somos admiradores de la cultura rusa. En cambio, rechazamos, condenamos absolutamente las decisiones del gobierno de Rusia, de la Federación rusa, que han comportado, entre otras cosas, la invasión de un país independiente y soberano, y la perpetración de acciones bélicas que están afectando durísimamente a la población civil", respondía el ministro Miquel Iceta.

A esas condenas se ha sumado esta semana el Festival de San Sebastián, que sí permitirá a artistas rusos disidentes participar en él. La semana pasada fue la Orquesta Sinfónica de Galicia, esta es la Franz Schubert Filharomonia la que ha querido rendir un homenaje a las víctimas de la guerra de Ucrania. Su director, Tomàs Grau, y el pianista ruso Alexei Volodin, van a dedicar los conciertos de su gira española a los afectados por los ataques. "Estamos conmocionados", ha afirmado Grau. "Esta guerra es la cosa más horrible y devastadora que le podría pasar al pueblo, al ucraniano y al ruso. El pueblo ucraniano está siendo atacado y masacrado. Simples soldados rusos son enviados a matar y a morir en una guerra. Y los que se quedan en el país, son odiados por el resto del mundo. Quiero que mi audiencia sepa que condeno esta guerra. La detesto con todo mi corazón y la considero una tragedia personal, aunque no la haya sufrido como cientos de miles de personas. Si tuviera algún tipo de poder, haría lo que fuera por pararla", nos ha transmitido Volodin en un mensaje enviado a 'La Hora Extra'.

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Recién empezada la guerra, una de las primeras imágenes que se hicieron virales fue la de un soldado ucraniano, de Kiev, en medio del campo abierto, cubierto de nieve, recitando un poema. En España, la cultura se ha empapado estos días de poesía contra la guerra, a poco más de una semana de que se celebre el Día internacional de la poesía. La actriz Aitana Sánchez Gijón recitaba unos versos de Guerra, de Miguel Hernández, en un acto enmarcado en las celebraciones del 8M. Natalia Menéndez, directora artística del Teatro Español, también ha compartido en una rueda de prensa unos versos contra las guerras de Ángela Figuera Aymerich.

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La poesía está en todo, es una de las artes más universales y transversales, porque transmite lo más esencial del ser humano: ese canto a la vida y a la belleza que inunda la vida, la muerte, el amor, asuntos sobre los que reflexiona cualquier cultura en cualquier parte del mundo. La poesía es un arma cargada de futuro, cantaba Paco Ibáñez, y el futuro pasa por una nueva generación de poetas que expresan su verdad, su realidad a través de versos, de la lengua viva. Sobre la lengua, el mundo y la poesía, reflexionamos con tres jóvenes poetas: Paloma Chen, Adrián Fauro y Vicente Monroy.

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De violencia y de poesía están llenos también los dramas históricos de Shakespeare. Calixto Bieito, director artístico del Teatro Arriaga de Bilbao, acaba de estrenar en las Naves del Español, en Madrid, Erresuma / Kingdom / Reino. Un acercamiento muy distinto a las tragedias históricas de Shakespeare, con poesía contemporánea y una carga social y política muy actual. "La obra ahonda en la profundidad del ser humano, de las personas, de por qué un gobernante acaba siendo un psicópata. Por qué ese placer por la violencia", dice el director. Bieito ha construido una compañía de actrices y actores vascos a los que se une Josep María Pou.

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De poesía y de guerra hemos hablado también con Pablo Sánchez, cantante, compositor, líder y vocalista de Ciudad Jara. Acaba de sacar disco, Cinema, y la palabra guerra recorre sus letras, aunque es otra batalla la que le ha marcado, esa que vamos dejando atrás en los titulares: la pandemia. "La guerra es algo recurrente en el disco, pero es otra guerra, son otros sentimientos. El de haberme sentido muy solo, muy triste, como un animal salvaje encerrado", nos cuenta. Con Ciudad Jara, a través de sus canciones, reflexionamos sobre el paso del tiempo, la crisis de la mediana edad y esa pérdida de los valores revolucionarios, combativos cuando uno deja de ser joven.

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Pablo es de Valencia y allí nos vamos a estudiar un fenómeno de masas que trascendió la música, el diseño y el hedonismo de los 80 y 90. La Ruta del Bakalao, que tuvo a Valencia como gran epicentro a través de sus discotecas y artistas. Como Pablo, muchos tienen una imagen denostada de la Ruta del Bakalao. Ahora hay una corriente que reivindica este movimiento cultural. Se ha publicado un libro sobre su imagen gráfica, se está rodando una serie sobre las claves y porqués de la ruta y el Instituto Valenciano de Arte Moderno ha inaugurado una exposición sobre la Ruta del Bakalao.

La Ruta también ha marcado la recomendación literaria de este episodio. En 2018 la editorial independiente Che books publicaba 'La memoria del alambre', novela de Bárbara Blasco que ahora acaba de recuperar Tusquets. Tras ganar en 2020 el Premio de Novela de la editorial por 'Dicen los síntomas', Blasco disfruta de la nueva vida de esta historia, la de dos jóvenes valencianas a finales de los 80: antes de la llegada del bakalao, de la máquina y del desastre.

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A Bárbara le hemos preguntado también por la poesía, por el poder de la palabra y de la música. Dice que la música comercial de hoy no tiene nada que ver con la de los 80 o 90. "Las melodías se han simplificado y son peores. Las letras tal vez no, estamos en la época de la palabra y en eso ganamos los escritores. Pero las melodías de la música comercial no me gustan nada, antes entraba en una discoteca y me gustaban las canciones, ahora ya no".

Seguro que más de uno coincide con ella. También nuestros últimos invitados. La Pegatina y Efecto Pasillo, que se juntaron para crear un tema, Ahípamí, y se gustaron tanto que formaron Efecto Pegatina. Con Adrià Salas, vocalista y guitarrista de La Pegatina, y con Iván Torres, de Efecto Pasillo, conversamos de la música hoy. De cómo les ha afectado el trap y el reguetón o las plataformas de streaming a la hora de componer canciones y crear discos.