El Tenerife sucumbe ante el Valladolid
El equipo castellano desarma a los blanquiazules ( 1-4), impotentes ante un rival poderoso y superior.
Santa Cruz de Tenerife
La amenaza Covid planeó toda la semana sobre el CD Tenerife, cuando el martes, 72 horas después de la derrota en Miranda de Ebro, se notificaron los positivos de Álex Corredera, Sergio González y Mario, que junto a las molestias de rodilla de Álex Muñoz, pintaban un panorama preocupante de cara a recibir a un rival tan duro como el Real Valladolid. Pero, como sucedió con Soriano en su momento, los tres afectados por el virus se recuperaron a tiempo, aunque solo Sergio ocupó plaza en el once titular, en el que Ramis situó a Carlos Ruiz junto a León en el eje de la zaga y pasó a Sergio al mediocentro junto a Míchel Herrero. El que no se recuperó de sus problemas de rodilla fue Álex Muñoz, que se quedó en la grada.
El Tenerife comenzó el choque con gran intensidad, arropado por el extraordinario ambiente en las gradas del Heliodoro, y Mollejo y Enric Gallego pusieron los primeros aprietos a la portería vallisoletana, con un equipo, el de Pacheta, capeando con orden el buen arranque blanquiazul. El que se convirtió en inoportuno protagonista fue el colegiado nacido en Bélgica, pero adscrito al colegio extremeño, Francisco Hernández Maeso, que muy pronto enfadó a Ramis que vio tarjeta amarilla a los 11 minutos de partido, tras protestar las primeras decisiones controvertidas del árbitro del encuentro. El Valladolid, sin embargo, se iba a encontrar con el premio del gol sin merecerlo, cuando en una falta lateral, Jawad El Yamiq, marcó el 0-1 en una jugada que tuvo que revisar el VAR por un posible fuera de juego que finalmente no fue. Era el minuto 22 y el plan de partido del CD Tenerife cambiaba ante un rival poderoso como el de Pucela. Cinco minutos más tarde pudo igualar el conjunto tinerfeñista, pero Bermejo mandó la pelota a las nubes tras un gran pase de Mellot. El Tenerife, algo desubicado tras el gol, apenas inquietó al cuadro castellano, y por momentos perdió el mapa del partido con falta de fluidez y control de balón.
La segunda parte comenzó con el cambio de Andrés por Mollejo, con Elady ocupando la banda izquierda pasando Bermejo al flanco derecho. Ramis sabía que a los suyos les faltaba determinación y finalización, y el ex del Rayo podía ser una solución para agitar el choque en ataque. En el minuto 55, y con el cuadro de Ramis enfocando el área rival, Carlos Ruiz tiró una volea al larguero que fue un espejismo ante lo que vendría después. Porque fue el Real Valladolid el que marcaría el segundo y el tercer gol de manera casi seguida (minutos 59 y 63), dejando en silencio al Heliodoro y fríos a los blanquizules, impotentes para hacer daño a un oponente con gran calidad. Así y todo, el combinado insular tiró de casta y logró marcar el 1-3 por obra de Andrés Martín, lo que abría algunas expectativas de poder apretar algo más el resultado. No obstante, lo que sucedió fue que el conjunto de Pacheta remató al Tenerife con un cuarto gol a 10 minutos del final, que ya dejó sin aliento a los tinerfeñistas.
Gran ambiente en el Heliodoro
En un momento tan importante, la afición del CD Tenerife no falló y acudió en masa a la llamada de una cita trascendental para el club y los jugadores. Desde el acompañamiento de un nutrido grupo de seguidores desde el Escuela Hotel al estadio, hasta el aliento al equipo todo el partido, los 18.587 espectadores que asistieron al recinto deportivo santacrucero dieron al graderío del Heliodoro un aspecto sensacional y una atmósfera como la de las grandes ocasiones.