El pasaporte COVID genera división entre la ciudadanía alicantina

A partir de este lunes, entra en vigor la prórroga de la exigencia del pasaporte COVID para acceder a todos los establecimientos de hostelería y restauración, ocio nocturno, gimnasios y centros deportivos, centros sanitarios o cines hasta el próximo 28 de febrero. Una medida que genera diversas opiniones entre la ciudadanía alicantina, desde los que piensan que su exigencia favorecerá la vacunación de las personas que todavía no han recibido ninguna dosis, los que creen que no es una medida efectiva o hasta los que piensan que el pasaporte COVID perjudica a los locales de hostelería. La mayoría de los ciudadanos cree que la medida puede servir para terminar de convencer a aquellas personas que todavía no se han vacunado, pero no coinciden en que su uso sea para sentirse más seguros en los locales, principalmente, porque son conscientes de que se pueden contagiar de igual manera. Otro de los ciudadanos reclamaba que, para que el pasaporte COVID tuviera sentido, se debería pedir no solo en bares y restaurantes, sino en centros comerciales o incluso en el transporte público. Por otro lado, una clienta de una terraza, con la pauta completa de vacunación, consideraba que «era una medida excesivamente restrictiva» y no creía que fuese «una medida efectiva». El president, Ximo Puig, recordaba que la medida de exigir el pasaporte COVID ha provocado en los dos últimos meses, desde que entró en vigor, que 132.000 personas se vacunaran en toda la Comunitat Valenciana, lo que supone el 2% de la población total.