Cine y TV

Los libros que han marcado 2021

En la Cadena SER repasamos los libros más destacados de este año, que finaliza marcado por el crecimiento de las ventas

Libros de 2021 / Pepa Blanes

Cada año sucede lo mismo. Listas y listas de libros, discos, películas... Lo mejor del año. Lo más esperado. Los libros más vendidos, los más prestados. Los más importantes. Todos los años la misma reflexión: ¿hay que hacer una lista?, ¿con qué criterio? La de la Cadena SER más que una lista, son cuatro. O más bien cuatro reflexiones sobre lo que hemos leído este año. Sabiendo que no hemos podido leerlo todo, pero aquello que hemos disfrutado lo compartimos aquí.

Antes de nada, hay que aclarar que ha habido libros y autores que han marcado el año por una u otra causa. Feria, de Ana Iris Simón, se publicó en 2020, pero el debate cultural y político que ha abierto sigue vigente hoy. 2021 será el año en que le pusimos rostro a Carmen Mola. Tres hombres estaban detrás de este fenómeno literario de Alfaguara, que firmaba como una mujer, y que ganó el premio de Planeta, el de la competencia y cuyos autores, guionistas, firmarán la adaptación televisiva. Conocimos también Abdulrazak Gurnah, escritor tanzano, que ganó el Premio Nobel gracias a sus relatos marcados por el colonialismo y la migración. Regresaron los veteranos, Fernando Aramburu con Los Vencejos, Pérez Reverte con El italiano, Marías con Tomás Nevison y leímos los Diarios de Chirbes, otro pequeño huracán en el mundillo editorial, más por cotilleo que otra cosa.

Celebramos el centenario de Carmen Laforet, Baudelaire, Dostoievski y Flaubert y 700 años de la muerte de Dante. Además, volvimos a leer con orgullo a Emilia Pardo Bazán, cuando se cumplían cien años de su muerte. Por supuesto, será el año en que despedimos a Almudena Grandes, una de las escritoras más queridas e importantes de la literatura española, que habló de memoria, de las mujeres y descubrió nuevos caminos en la ficción.

Volvamos a las listas, que no inventó internet ni la prensa cultural. De hecho, son tan antiguas, que hasta los mandamientos aparecían en formato lista. Y el padre de todas las narraciones, Homero, abusó de ellas en La Iliada. Para Umberto Eco, el gran semiólogo italiano, las listas daban vértigo, así tituló un curioso volumen: El vértigo de las listas, editado por Lumen. Decía el autor de El nombre de la Rosa que en un mundo caótico y desmesurado, como el que vivimos, las listas nos ordenan, nos hacen comprender lo incomprensible. Como mortales que somos, el límite es desalentador e, incluso, humillante: la muerte. Es por eso que nos gustan las listas que parecen no tener fin, a nosotras nos ha costado acotarlas, pero aquí están:

La lista de Eva Cruz

Eva Cruz es redactora en Hoy por Hoy y se encarga, entre otras cosas, de la parte literaria.

Hamnet de Maggie O'Farrell / CEDIDA

Esta lista no es exhaustiva. Nadie puede leerse todo lo que se publica. A veces ni siquiera ojear todo lo que llega a la redacción. Y luego está el gusto de cada cual, las obligaciones, las manías, los contratiempos... Por una acumulación de esas razones pequeñas no leí el año pasado, cuando debía, sino ahora, por ejemplo, Poeta chileno, de Alejandro Zambra, en Anagrama, una novela de prosa perfecta y mirada al tiempo burlona y compasiva, que deslumbra de principio a fin. Empezar esta lista de libros de 2021 con un libro de 2020 da idea del caos de nuestras apilotecas (palabra clave que agradezco a la gran Mar Abad). Pero he aprendido mucho y me he solazado de muchas y diversas maneras con estos libros. Coincido con el planeta entero en sostener que Hamnet, de Maggie O'Farrell (Libros del Asteroide) es la novela del año: el matrimonio de Shakespeare y la génesis de su obra Hamlet tuvieron que suceder exactamente así como imagina y lo cuenta O'Farrell porque la verdad literaria es más grande que la verdad.

Hay varias novelas de mujeres hasta ahora desconocidas que abren nuevos caminos a la prosa, a la forma de contar historias y a los temas de esas historias: Sensación Térmica, de Mayte López (Libros del Asteroide), que gira en torno a la incapacidad de las víctimas de maltrato para escapar de la idea de que lo que les pasa tiene que ver con el amor. Carcoma, de Layla Martínez (Amor de Madre) cuya primera frase contiene ya su principal hallazgo estilístico (el terror como fórmula de género para hablar de memoria histórica); y Valle Inquietante, de Anna Wiener (Libros del Asteroide), unas memorias sobre la vida en una start up en Silicon Valley que está llena de claves sobre quiénes somos y cómo estamos viviendo.

En el capítulo de Grandes Novelas de Señores Listísimos que no necesitan mi apoyo pero lo tienen igualmente: Volver la vista atrás, de Juan Gabriel Vásquez (Alfaguara), Encrucijadas de Jonathan Franzen (Salamandra) y La anomalía de Hervé Le Tellier (Seix Barral). Vásquez da con una gran historia del siglo XX, la de la juventud comunista, en China y en la guerrila colombiana, de su amigo el director de cine Sergio Cabrera, y la narra con absoluta maestría. Franzen vuelve a la novela con una historia familiar de personajes que van creciendo y transformándose ante nuestros ojos: una de esas novelas que, mientras las lees, son más reales que la propia vida. Pocos escritores pueden hacer eso. Franzen, como dios, nos ama y le rendimos pleitesía. Y Hervé Letelier, en la novela que ganó el año pasado el Premio Goncourt, plantea una fascinante premisa de ciencia ficción y la desarrolla con brío y humor hasta deshacerla en sus últimas consecuencias.

Tres libros que merecen atención publicados este año, porque tratan temas del momento y además son magníficos: Victoria, de James Lasdun (De Conatus), un díptico sobre la infidelidad, la verdad y la mentira, con ecos de los escándalos sexuales que han ocupado tantas portadas, lleno de inteligencia, sutileza y compasión, que recuerda en su estilo (menos mordaz pero con esa misma capacidad de observación que asociamos a los grandes escritores anglosajones) a otro gran libro del año pasado: Propiedad Privada de Lionel Shriver (Anagrama). Laurent Petitmagin publicó este año en Literatura Randon House, Lo que falta de noche, una novela corta, intensa y muy conmovedora sobre un padre viudo, sindicalista ferroviario, cuyo hijo empieza a militar en la extrema derecha. Y Sexto Piso ha seguido publicando a la maravillosa Jane Smiley. Este año, La mejor voluntad, que es también una novela política, sobre la autosuficiencia, sobre lo que pasa cuando la potencia de los ideales se convierte en arrogancia y devora el amor. Sexto Piso, por cierto, no ha publicado este año nada que no sea excelente: no me caben todas las novelas que han publicado, pero destaquemos, por ejemplo, la salvaje La Gran Ola, de Albert Pijuan. Desde mi punto de vista, tienen el mejor ojo del sector (y además han publicado a Tessa Hadley, Lo que queda de luz, una de las autoras británicas más sólidas del momento. Ojalá puedan seguir rescatando novelas suyas que no pueden leerse todavía en español).

Dos reediciones importantes sobre sexualidades diversas: El Poder del Perro, de James Savage, rescatada por Alianza para acompañar al estreno de la película de Jane Campion. La novela es tan moderna en su planteamiento y tan sabia, que solo sabes que se escribió en los años 60 porque no tiene prisa en contar lo que quiere contar, como si supiera que sus lectores pueden dedicarle un tiempo más detenido y extenso que los minutejos apretados que tenemos ahora: busquen tiempo y dénselo. Y Tengo miedo torero, de Pedro Lemebel, que vuelve a publicar ahora la editorial Las afueras (en 2001 lo publicó Anagrama), una historia llena de luz sobre la amistad entre la Loca del Frente y un joven militante contra la dictadura Pinochet. Qué delicia de lenguaje, qué alegría de contar.

Y finalmente, un libro que sé que todos nos estamos bebiendo, entre el estupor y la carcajada: La ciudad de la euforia, de Rodrigo Terrasa, en Libros del KO, sobre los años de la Gran Corrupción en Valencia. Ahí estábamos todos con él, por fuera del escaparate, dando crédito cuando era para no darlo.

En el futuro esperan, todavía sin abrir, pero con altísimas expectativas, La señora Potter no es exactamente Santa Claus, de Laura Fernández (Literatura Random House) y Sacramento, de Antonio Soler (Galaxia Guttenberg), que acaban de publicarse y no merecen el limbo de salir tan tarde que no llegan a la lista del año, ni tan temprano que no entren en la del año que viene. Digamos NO a las arbitrariedades del calendario.

La lista de Emma Vallespinós

Emma es redactora de La Ventana y se encarga de la sección de libros del programa que dirige Carles Francino

Hamnet, Maggie O’Farrell (Libros del Asteroide)

No se le puede poner ni un ‘pero’ a esta novela. Qué bien escribe Maggie O’Farrell. Una historia en la que se asoma a la maternidad, al amor, a la pérdida y al duelo. Lo hace a partir de Agnes, la mujer de Shakespeare, y su hijo, Hamnet, que al morir provoca en Agnes un dolor tan grande, tan inconcebible, que lo revuelve todo.

Yo, mentira, Silvia Hidalgo (Tránsito)

El de Silvia Hidalgo es uno de los libros que más he recomendado este año. La protagonista es una mujer en la cuarentena, casada, madre de un niño pequeño. La vida le pesa y está dispuesta a dinamitarlo todo, a que todo salte por los aires, a que todo se vaya a la mierda, con tal de que pase algo, de sentir algo parecido a estar viva

Trilogía de Copenhague, Tove Ditlevsen (Seix Barral)

Este es uno de esos libros de los que cuesta desprenderse, de los que se quedan revoloteando un tiempo en tu cabeza. El volumen reúne por primera vez en castellano las tres novelas biográficas de la escritora danesa del siglo XX Tove Ditlevsen. No tuvo una vida fácil. Fue una niña melancólica que pasó parte de su infancia intentando entender a su madre y fingiendo ser distinta a lo que era. “Si te empeñas en hacerte la rarita, nunca te casarás”, le advertía su madre. “Las chicas no pueden ser poetas”, le advirtió su padre. Ninguno tuvo razón, claro. Fue una de las voces fundamentales de la literatura danesa y se casó, y divorció, cuatro veces. Su tercer marido la convirtió en una adicta. Aunque logró desintoxicarse, luchó contra las adicciones toda su vida. Se suicidó en 1976.

Sensación térmica, Mayte López (Libros del Asteroide)

Mayte López es escritora y traductora mexicana y esta es su segunda novela. La protagonista, Lucía, es una estudiante mexicana que se muda a Nueva York. Su mejor amiga, Juliana, es una chica de Colombia que conoce a un profesor veinte años mayor que ella e inicia una relación tóxica que pronto va derivando en maltrato. Eso provoca en Lucía el recuerdo de su infancia, la de un padre maltratador que consumió la vida de su madre y oprimía su propia vida, llenándolo todo de miedo, silencio y violencia

Los optimistas, Rebecca Makkai (Sexto Piso)

Se pregunta esta escritora cómo es posible que tengamos tan poca ficción sobre algo tan devastador como la epidemia del sida y el modo en que destrozó la vida de varias generaciones. La novela tiene dos planos temporales: el Chicago de mediados de los años ochenta, donde Yale, el protagonista, y su grupo de amigos homosexuales contemplan con impotencia el goteo de positivos, y 2015, cuando la hermana de uno de ellos viaja a París buscando a su hija. A pesar de ser dos enfermedades tan distintas, como lectores en mitad de una pandemia, escuecen ciertos paralelismos: el miedo al positivo, la incertidumbre ante la enfermedad, la culpa por haber enfermado. ‘Los optimistas’ fue finalista del Premio Pulitzer y del National Book Award

Los inquietos, Linn Ullmann (Gatopardo)

Linn Ullmann es la hija de Ingmar Bergman y Liv Ullmann. Cuando Bergman estaba ya muy mayor, padre e hija planearon mantener una serie de charlas, que ella grabaría y convertiría en un libro. Aquello no funcionó, porque el deterioro de su padre progresó rápido, pero fue el origen de esta historia, que habla del duelo, de la vejez, de los padres, pero, también y sobre todo, de ser hija. Linn escarba en su propia infancia, la de la hija que enfermaba si su madre (actriz y casi siempre de viaje) no la llamaba a la hora acordada, la de la cría que pasaba los veranos con su padre en la isla de Farö, y la de la niña flaca que se sentía, muchas veces, invisible e insignificante ante la mirada de los otros. Su padre (al que no llama por el nombre en ningún momento) era un hombre tan puntual que, escribe, empezó a morir el día que llegó diecisiete minutos tarde

Yo no sé de otras cosas, Elisa Levi (Temas de Hoy)

Lea, la protagonista, entabla un largo monólogo con un desconocido que ha perdido a su perro. Y a lo largo de las 173 páginas de la novela le cuenta por qué el mundo se acabó ayer. Le habla del pueblo, de su familia, del amor, del miedo y de sus ganas de irse, de volar, de empezar la vida en cualquier otro lugar, porque el mundo se le ha estrechado, le aprieta por todos lados.

Tienes que mirar, Anna Starobinets (Impedimenta)

Lo de Starobinets no es una novela, pero se lee como si la fuera. Una novela negra, quizá. O un thriller. Una pesadilla que empieza cuando en una revisión rutinaria de su embarazo, le explican que el niño que espera no sobrevivirá. Intenta abortar en su país, Rusia, pero tiene que acabar viajando a Alemania, en un auténtico descenso a los infiernos del sistema. Después llega el duelo, incomprendido, banalizado, por tratarse de un hijo no nacido, el silencio, el tabú y las secuelas emocionales.

Madres, avisad a vuestras hijas, Bonnie Jo Campbell (Dirty Works)

Un libro de relatos con madres e hijas, toda una galería de los infiernos que nos acechan a las mujeres. Hay muchos sueños rotos y mucha vida de mierda en estos cuentos. Una colección de abusos, abandonos, maltratos y metanfetaminas en la América profunda. Estos cuentos me han recordado a Lucia Berlin. Y se leen apretando las mandíbulas

Algo que quería contarte, Alice Munro (Lumen)

Trece historias, la mayoría sobre mujeres, de la Premio Nobel de Literatura Alice Munro. Para recomendarlo basta con escribir el párrafo inicial de uno de los cuentos: “A menudo he pensado que si tuviera que ir a un psiquiatra, me preguntaría por mis antecedentes familiares, como es natural, así que tendría que empezar por hablarle de mi hermano, y el psiquiatra ni siquiera esperaría a que acabara, seguro, me encerraría”

+1 Tiempo sin claves, Ida Vitale (Tusquets)

Publicar un poemario a los 97 años. Cruzar el charco para presentarlo en España e Italia el mes en el que cumples 98. Qué grande es Ida Vitale.

La lista de Antonio Nuño

Antonio Nuño es redactor de A Vivir que son dos días

Llévame a casa (Seix Barral) Jesús Carrasco.

Novela sobre el conflicto generacional: la generación de la posguerra que tenía el cuidado familiar como bandera, y la generación que creció en la democracia, para lo que más pesa es la independencia. Juan se da cuenta de que no conoce a la madre que va a tener que cuidar y, a veces inconscientemente, va a tener que ir aproximándose a ella para poder entenderla.

Volver la vista atrás (Alfaguara) Juan Gabriel Vásquez.

Vásquez novela la vida del director de cine colombiano Sergio Cabrera y del padre de éste, Fausto. Ambos han hecho de su activismo político un modo de vida. Su militancia izquierdista les llevó hasta la guerrilla colombiana y se jugaron la vida por defender las ideas en las que creían.

Azucre (Pepitas de Calabaza) Bibiana Candia.

Azucre / CEDIDA

Esta novela relata un hecho muy poco conocido: cómo más de un millar de jóvenes gallegos fueron llevados a Cuba a mediados del siglo XIX para ser utilizados como esclavos.

Horda (Seix Barral) Ricardo Menéndez Salmón.

El autor asturiano plantea una distopía en la que la palabra, tanto hablada como escrita, ha desaparecido prácticamente. Los niños controlan este mundo en el que saltarse las normas supone jugarse la vida.

Al final siempre ganan los monstruos (Blackie Books) Juarma.

Una peculiar mirada a la España vaciada. Cómo ese “vaciado” a condicionado la vida de una generación que ha sido golpeada duramente por las distintas crisis por las que hemos pasado.

Gordo de feria (Anagrama) Esther García Llovet.

La vida cruza a Castor, monologuista televisivo, con Julio, camarero circunstancial. Son prácticamente clónicos. Castor invita a Julio (que se ha quedado sin trabajo) a vivir en su millonario piso y le propone que le sustituya en sus compromisos públicos e, incluso, en su trabajo.

El evangelio (Blackie books) Elisa Victoria.

Si en “Vozdevieja” la protagonista es una niña, en la última novela de su autora la protagonista pasa a ser una joven maestra precaria, pesimista ante lo que el futuro le ofrece. Por eso busca que su desazón no la hereden los niños a los que enseña.

Volver a dónde (Seix Barral) Antonio Muñoz Molina.

Muñoz Molina escribió esta especie de “diario de la pandemia” en el que los recuerdos tienen un gran protagonismo. La rutina del confinamiento se mezcla con la niñez en la Úbeda de los 60 o la juventud en la Granada de los 70.

Los nombres propios (Sexto Piso) Marta Jiménez Serrano.

Novela que discurre por la infancia, la adolescencia, la juventud y la madurez de la protagonista. Es llamativo que quien ejerce de narradora sea la “amiga imaginaria” de esa protagonista, que sólo asume los mandos de la narración en el último de los cuatro capítulos.

El huerto de Emerson (Tusquets) Luis Landero.

Es también un libro construido con recuerdos. Landero husmea entre los suyos y rescata algunos retazos de su pasado, sobre todo de la niñez, la época más feliz para el autor extremeño.

La lista de Pepa Blanes

La desaparición / CEDIDA

Pepa Blanes es jefa de Cultura de la SER

Sin duda, el libro que más me ha impresionado ha sido Hammet (Libros del Asteroide). Maggie O'Farrel cuenta de manera excepcional y desde la ficción la vida de Shakespeare y el germen de Hamlet. Después situaría el thriller La desaparición (Sexto Piso) de Julia Phillips, que me hizo pensar en los feminicidios, en las historias de mujeres silenciadas, en el duelo y en las vidas que no pueden ser vividas en plena libertad y soberanía. A final de año, Laura Fernández dio un revolcón a la ficción española con La señora Potter no es exactamente Santa Claus (Literatura Random House), un despliegue de imaginación y fantasía en una mezcla de géneros casi perfecta para abordar temas como la maternidad o la gentrificación, de la creación literaria, del arte como refugio y de la soledad de los incomprendidos.

Uno de los ensayos del año ha sido El imperio del dolor, un relato terrorífico de la mayor epidemia de nuestro tiempo, la de los opiáceos. Una serie, Dopesick, este ensayo de Patric Radden Keefen, han hecho que algunas cosas cambien en Estados Unidos. Ha habido otros ensayos potentes, como Barco de esclavos. La trata a través del Atlántico de Marcus Rediker o La Criada (ambos de Capitán Swing), contando las penurias de las mujeres trabajadoras en un Estados Unidos donde el sueño americano ni está ni se le espera. También La España de las piscinas, de Jorge Dioni, (Arpa), nos da algunas claves de la victoria de Ayuso, del auge de la extrema derecha y de la desafección hacia la izquierda. Lo hace mostrando el modo de vida de la llamada clase media española a lo largo de todo el país.

Hablando de piscinas y construcción, Anna Penyas ha publicado una de las novelas gráficas del año. En Todo bajo el sol (Salamandra) la autora nos sitúa en la costa levantina a principios de los años sesenta para contarnos la historia de una familia que sufre las devastadoras consecuencias del turismo de masas, motor principal del desarrollismo económico en tiempos de Franco. A lo largo de las décadas, vemos cómo el auge del neoliberalismo trunca las esperanzas y los proyectos de los miembros de esta familia.

Para terminar, dos biografías, y unos diarios. Mario Amorós ¡No pasarán! Biografía de Dolores Ibarruri, Pasionaria (Akal), la más completa hasta la fecha sobre la que fuera secretaria general del PCE. Un recorrido por su vida -que bien merece una serie en Netflix- y por la historia reciente en el centenario del partido. La otra biografía es sobre un matrimonio: Dora y Walter Benjamin, de Eva Weissweiler (Tusquets). Pone de manifiesto la tormentosa relación entre dos escritores e intelectuales excepcionales en la Europa de entreguerras, acosada por los extremismos y el auge del nazismo. Los Diarios de Chirbes (Anagrama) nos han descubierto un lado del escritor español que no era público y caldearon el ambiente literario español.

Bonus Track: Segunda Casa de Rachel Cusk, Carcoma, de Layla Martínez, El país de los otros, de Leila Slimani, Paradais de Fernanda Melchor y Sacrificios humanos, de María Fernanda Ampuero.

 
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