Zapatero recuerda diez años después el proceso de negociación para poner fin a ETA: "Fue unilateral y limpio"
El expresidente del Gobierno ha recordado en 'El País' el 20 de octubre de 2011 cuando la banda terrorista asumía su derrota policial, política y social y a él le quedaba apenas un mes en La Moncloa
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El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, durante la presentación de su libro ‘No voy a traicionar a Borges, en el Ateneu Barcelonès. / David Zorrakino (EUROPA PRESS)
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Madrid
Este miércoles 20 de octubre se cumplen 10 años del final de la banda terrorista ETA, que se produjo con José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno. Era el 20 de octubre del 2011 y la banda terrorista asumía su derrota policial, política y social. A Zapatero por aquel entonces le quedaba apenas un mes en La Moncloa. Y este domingo, a tres días del décimo aniversario, ha contado en El País cómo fue el proceso de negociación y cómo fue aquel 20 de octubre.
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Zapatero lo define como el día más emocionante de su vida. Se felicita el expresidente porque, diez años después, podemos decir que el final de ETA fue para siempre. "Fue unilateral, limpio y sin contrapartidas" y eso, asegura, evitó el riesgo de que entrara en crisis por denuncias de incumplimientos. Zapatero también defiende el diálogo para ganar la batalla de opinión a favor de la paz. De hecho, considera que la clave fue mantener un contacto indirecto tras el atentado de la T4 que rompió la tregua del 2006; "Abrió una encrucijada entre considerar que era el fin de una esperanza y limitar todo a la acción policial o era el momento de que reaccionaran los abertzales partidarios de acabar con la violencia".
Así recuerda Zapatero la importancia del diálogo
Zapatero se convirtió en presidente del Gobierno en 2004, y ETA ya llevaba cuatro años sembrando el terror y con más 800 asesinatos. Fue en su legislatura, entre 2004 y 2011, cuando el Gobierno logró acabar con la banda terrorista, a través del diálogo y la negociación. “Desde que llegué a La Moncloa, mi afán fue erradicar la violencia. Ha sido la tarea más importante y emocionante de mi vida”, explica, revelando saber la decisión de la banda dos meses antes de que se anunciara.
Para él, fue clave el debate interno de los abertzales y la determinación del Gobierno de ir por la vía del diálogo, cuenta en El País. Un diálogo entre el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, y Otegi, líder de Batasuna, como principio del fin.
"Siempre tuve la convicción de que sin diálogo no habría final del terrorismo. ETA tenía arraigo social. Por eso había sobrevivido tantos años. Había que ganar la batalla de opinión a favor de la paz y el diálogo. Lo habían intentado Felipe González y José María Aznar y no lo lograron. Pero habían aumentado los críticos con la violencia. Estaba convencido de que la corriente crítica seguía creciendo porque era incomprensible el terrorismo. Por eso arriesgué y persistí”, asegura.
Un punto clave, la tragedia de Barajas
“Abrió una encrucijada entre considerar que era el fin de una esperanza y limitar todo a la acción policial, o era el momento en que reaccionaran los abertzales partidarios de acabar con la violencia", analiza, y añade: "Pensé que sucedería lo segundo porque teníamos información de que ese mundo consideraba incomprensible e inaceptable el atentado. Fue clave Rubalcaba en aquel momento. Compartí su opinión y la de Eguiguren de que el atentado inició el enfrentamiento entre la izquierda independentista, liderada por Otegi, y ETA”.
“Me acuerdo mucho de las víctimas de aquel atentado. Sentí mucho dolor. Me sentí responsable. Pedí perdón", lamenta. "Quise, tras el atentado, que supieran que seguía convencido del final. Luego comprobamos que el atentado provocó un cisma definitivo", continúa explicando.
Cómo vivió Zapatero el 20 de octubre de 2011
“Fue el día más emocionante de mi vida. Terminaba para siempre el tiro en la nuca. Todos los días recuerdo a las víctimas. Debemos valorar más la paz y unirnos como país en el reconocimiento a ellas”, cuenta sobre la importancia de aquel día. Para él, fue un final "unilateral, limpio y sin contrapartidas. Lo que evitó el riesgo de otros procesos que entran en crisis por denuncias de incumplimientos. Diez años después, podemos decir que fue para siempre”.
"En septiembre, nos confirmaron la decisión del final y desde octubre estuvimos pendientes del día. Dos días antes, conocimos el comunicado de ETA", apunta el expresidente en una extensa entrevista por el décimo aniversario.