El noruego negacionista que organizaba fiestas ilegales ha muerto por COVID-19
Uno de los noruegos que abanderaban el negacionismo con la COVID-19 en el país ocultó a las autoridades que lo había contraído y ahora podría haber provocado un brote en su localidad
Madrid
El escepticismo sobre la COVID-19 sigue presente en muchas personas alrededor del mundo a pesar de la gran cantidad de pruebas científicas que lo avalan. Pero negar que exista la enfermedad no te exime de sufrirla. El último caso de un negacionista que ha muerto a causa de la COVID-19 ha saltado en Noruega, y más que un ejemplo de las consecuencias que puede tener este virus, se ha convertido en un dolor de cabeza para las autoridades noruegas, que ahora deben identificar los casos a los que podría haber contagiado, ya que celebró dos fiestas ilegales cuando ya estaba infectado.
Hans Kristian Gaarder ha muerto a los 60 años tras contraer la COVID-19, pero no se realizó ninguna prueba ni llamó a las autoridades locales para informarles a pesar de tener todos los síntomas. Este noruego es conocido en las redes sociales por su actitud negacionista frente a la COVID-19 y, como ya hizo en 2009, con la gripe porcina.
Fiestas ilegales a pesar de las restricciones
Facebook identificaba en sus publicaciones que podían contener informaciones falsas, pero a pesar de ello la popularidad de Gaarder entre los negacionistas crecía con sus comentarios en los que infravaloraba al virus o criticaba a las medidas de contención, a las que acusaba de "camuflar que el coronavirus no se contagia de persona a persona".
A pesar de que en Noruega la incidencia de coronavirus no ha sido tan alta como la que han sufrido otros países, la localidad de Gran, al norte de Oslo, había prohibido desde el 16 de marzo las reuniones para controlar los datos epidemiológicos. Sin embargo, Gaarder organizaba fiestas ilegales y grandes reuniones en su granero. Estas actividades eran denunciadas por los vecinos, y habían saltado varias veces a la prensa nacional, pero no le impidieron seguir con su discurso.
Murió por COVID-19, pero no avisó a nadie
Las alarmas saltaban en la pequeña localidad rural cuando el medio NewsinEnglish.no comunicaba que había muerto este ciudadano de manera repentina el pasado martes. El negacionista no se había realizado ninguna prueba PCR y no había informado a nadie, ni si quiera a sus seguidores, de que estuviera sufriendo algún síntoma de la enfermedad. Pero las autoridades han apuntado que debió padecerlos durante al menos dos semanas, hasta que llegó su fallecimiento.
Las autoridades locales informaron de que la PCR se le hizo después de morir y dio positivo en COVID-19, lo que ha provocado un descontrol pandémico en el municipio, que ahora tiene que localizar a todas las personas que estuvieron en contacto con Gaarder, sobre todo en las fiestas ilegales que este realizaba.
Podría haber provocado un gran brote en la localidad
El director médico de Gran, Are Loken, ha sido quien ha puesto sobre aviso a los ciudadanos y les ha instado a acudir de inmediato a su centro médico para realizarse la prueba correspondiente, incidiendo en aquellos que pudieron estar con él en las fiestas que realizó los días 26 y 27 de marzo, cuando ya estaba contagiado y a las que pudieron acudir más de 20 personas.
Loken informó a la televisión noruega NRK del problema al que se enfrentan los rastreadores, ya que pertenecen "al entorno de la negación del coronavirus" y buscan a gente que cree que no existe la pandemia, pero supone un gran problema para la sociedad porque siguen relacionándose con gente a la que pueden contagiar. En este sentido, señaló que Gaarder podría haber sido la fuente de una "infección salvaje".
Esta misma televisión informó el 12 de abril de la muerte de una mujer de 70 años que podría estar relacionada con las fiestas ilegales del negacionista y que ha muerto también por coronavirus, por lo que se piensa que el caso pueda estar relacionado. La mujer también era negacionista.