Mira dentro del agua: cómo conseguir que las lentejas te queden siempre perfectas con el truco más fácil
Te preguntarás por qué no habías caído antes en este error que no volverás a cometer
Madrid
No hay un plato más tradicional y más completo que las lentejas. Uno de los primeros guisos que cualquier persona que se independice intenta reproducir con la receta que se ha ido trasladando de padres a hijos, y que siempre se encuentra con la misma cuestión: no me quedan igual que a mis padres o abuelos.
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Aunque su receta no se encuentra dentro de los guisos más complicados, es fácil caer en algunos errores que hacen que las lentejas no tengan el sabor deseado o al que puedes estar acostumbrado. Si llevas años buscando cual es el error que cometes en su elaboración, seguramente sea al que menos atención le hayas prestado: el agua.
Las lentejas, un plato completo y con muchos beneficios
Este plato es una gran fuente de hierro y nutricional, ya que sus ingredientes son muy completos y parten de los pilares fundamentales de la dieta mediterránea. Además, se pueden hacer con carne, la receta más tradicional, o de verduras, por lo que es apto también para dietas veganas y vegetarianas. Recomendado para personas con anemia o para fortalecer el sistema inmunitario y nervioso, ayuda a fortalecer el pelo y las uñas... Las lentejas tienen múltiples beneficios en el cuerpo humano.
Además, en los últimos años, esta legumbre se ha vuelto también una de las favoritas para las ensaladas y los platos fríos, al igual que ocurre con legumbres como los garbanzos o el arroz. Solo hay que cocerla de la manera adecuada y mezclararla con nuestros ingredientes favoritos, como patata, huevo o cualquier tipo de verdura. Y como también se puede hacer con los garbanzos, el hummus de lentejas puede ser un apertivo rico y original.
Lo primero que tienes que tener en cuenta es el tipo de lenteja, ya que de ello dependerá también el tiempo de cocción. La lenteja rubia castellana es la más fácil de encontrar en España y es de un tamaño mayor a la pardina, la otra variedad. En el primer caso el tiempo de cocción será superior por su dimensión, mientras que el de la pardina solo necesitará alrededor de los 30 minutos, habiéndolas mantenido previamente en remojo.
El control del agua, la clave del éxito
El remojo es una de las grandes claves para este guiso, ya que ayudarán a que se ablande la legumbre y quedarán limpias de posibles piedras o tierra que puedan contener. Normalmente, las lentejas se dejan en remojo la noche anterior a su preparado, pero hay que tener mucho cuidado, porque lo ideal es que no exceda las 10 o 12 horas, sino perderán calidad y pueden desprenderse de la piel que las recubre.
El siguiente aspecto que tendrás que cuidar y que es el gran secreto de su cocción, un hecho que muchas veces pasa desapercibido, es la medición del agua con la que se va a preparar el plato. Dependerá mucho de si el recipiente de cocinado es una olla a presión o una simple olla tradicional. En el primer caso lo ideal es echar tres vasos de agua por cada uno de lentejas, y en la tradicional serán cinco vasos por cada medida.
Aun así, habrá que prestarles atención, porque dependiendo de la fuerza del fuego puede ser necesario añadir algún vaso más. En este caso es importante que el agua que se añada esté ya hervida para no romper la ebullición.
Sin prisas y sin remover
Y por último, nunca remuevas las lentejas. Si tienen el agua adecuada no se pegaran a la olla, por lo que solo será necesario removerlas una vez las añadas al agua. Si quieres moverlas un poco hazlo mejor agitando suavemente la olla con la ayuda de las asas.
Y como en cualquier plato, si la cocción se realiza a fuego lento siempre se obtendrán unos resultados más jugosos, por lo que no tengas prisa, y en unos 50 minutos podrás conseguir este rico y nutritivo plato en tu mesa.