El Supremo confirma 45 años de cárcel a un pederasta que violó a sus hermanas y su prima
El acusado agredió sexualmente durante años a sus hermanas y su primera, menores de diez años de edad, bajo golpes y amenazas
El padre de una de las niñas denunció los hechos después de escuchar una convesación privada de las víctimas
Madrid
El Tribunal Supremo ha decidido confirmar una condena de 45 años de prisión a un hombre que durante años violó a dos de sus hermanas pequeñas y a su prima en la provincia de Valencia. Los jueces avalan las declaraciones de las víctimas, que denunciaron los hechos años después cuando el padre de una de ellas se enteró: otra de las hermanas aseguró en el juicio que también fue agredida pero que decidió no denunciar.
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Los hechos, según la resolución a la que ha tenido acceso la Cadena SER, arrancaron en Valencia en 2004. El acusado empezó a agredir sexualmente a sus hermanas cuando tenían siete años y siguió haciéndolo hasta que tuvieron su primera menstruación, haciendo lo mismo con su prima pequeña que pasaba mucho tiempo en su casa. Las violaciones se producían bajo golpes y amenazas, incluso, de asesinar a sus padres si no se sometían.
Las víctimas permanecieron en silencio durante años. Una amiga de una de las víctimas relató que la niña "no se había atrevido a decirlo porque era gitana y eso era una vergüenza para ella y para su etnia", y fue su padre finalmente el que denunció tras escuchar una de estas conversaciones en las que su hija contaba lo sucedido. "Se enteró de lo ocurrido por casualidad escuchando una conversación de su hija con una amiga sin que estas se dieran cuenta y optó por la denuncia como remedio sustitutivo de coger un cuchillo y matarlo", dijo en el juicio.
Ahora el Tribunal Supremo ha confirmado la condena que le impuso en primera instancia la Audiencia Provincial de Valencia y que ratificó en segunda instancia el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana: cuarenta y cinco años de prisión por tres delitos de agresión sexual, de los que como máximo cumplirá íntegramente dos décadas, además de una orden de alejamiento y una indemnización para la única víctima que reclamó ese resarcimiento.
Violó a más hermanas
El Supremo, con el magistrado Eduardo de Porres como ponente, rechaza el recurso del violador y avala la prueba esencial: la declaración de las víctimas, que callaron durante años para no perjudicar a la familia. Unas declaraciones "firmes, persistentes y detalladas (...) describiendo el sufrimiento padecido hasta que cesaron las agresiones, coincidencia con la llegada de la menstruación", dice la sentencia, revelando que otra hermana del acusado rechazó denunciar pero reconoció "en juicio que también había sido objeto de agresiones sexuales".
Los jueces sí reconocen, aunque sin consecuencias para el procedimiento, que el presidente del tribunal que juzgó el caso no actuó correctamente al instar a las partes a llegar a un acuerdo después de escuchar a algunas de las víctimas. "Consideramos improcedente esa actuación, por más que estuviera presidida por la mejor de las intenciones, hasta el punto de que las partes aceptaron la iniciativa y estuvieron en conversaciones durante varios minutos", dice la sentencia del Supremo. "No nos cabe duda alguna que la iniciativa del Presidente del Tribunal fue desafortunada y no debió tener lugar", dice, aunque entiende que eso no afectó a la sentencia.