Van Basten explica por qué rechazó la propuesta de Cruyff para fichar por el Barcelona
El delantero confiesa el enorme dolor que sufrió por sus lesiones, que le obligaban a ir al baño a gatas
Marco Van Basten (Utrecht, 1964) es uno de los mejores futbolistas de la historia a pesar de que su carrera terminó demasiado pronto, a los 28 años, a causa de una lesión en el tobillo derecho mientras jugaba en el Milan de Berlusconi, el cual considera "mejor que el Barcelona de Johan Cruyff" dos equipos que convivieron entre finales de los 80 y principios de los 90.
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"Pero el Barcelona de Pep Guardiola fue mejor que el Milan de Berlusconi", añade el holandés en esta entrevista telemática con EFE a propósito de la publicación de su autobiografía, Basta (Llibres del Kultrum). Danny Coster, la viuda de Cruyff, le reconoció a Van Basten recientemente que "él y Guardiola" siempre fueron "los preferidos de Johan".
Para Van Basten, el actual entrenador del Manchester City es un referente: "Guardiola es quien está plasmando mejor la manera en la que yo entiendo el fútbol y también la forma en la que lo entendía Cruyff", mediante un fútbol ofensivo atractivo.
'El cisne de Utrecht', uno de los apodos que tuvo el exfutbolista holandés, fue el culpable de que Berlusconi acabara despidiendo a Arrigo Sacchi, situado en las antípodas de Cruyff en la forma de entender el fútbol, precisamente por tener una concepción del juego más basada en la defensa que en el ataque.
Calabazas a Cruyff
En un posible mundo paralelo esta situación nunca se hubiese dado. Después de levantar la Eurocopa de 1988 con la selección holandesa como uno de los grandes protagonistas Van Basten recibió una propuesta por parte de Cruyff, que acababa de aterrizar en el Barcelona como entrenador y que ya había tenido a Van Basten a sus órdenes en el Ajax, para fichar por el club azulgrana.
"Le dije que no. Tan solo hacía una temporada que había llegado al Milan procedente del Ajax y, a causa de mi lesión en el tobillo, prácticamente no había podido jugar. Además, en aquella época el mejor fútbol se jugaba en Italia. Quería demostrar en el Milan lo buen jugador que era y los dos años siguientes ganamos la Copa de Europa", sentencia el exfutbolista.
Van Basten ganó su primera Copa de Europa, la de 1989, curiosamente en el Camp Nou ante el Steaua de Bucarest por un contundente 4-0 (en semifinales el Milan eliminó al Real Madrid con el histórico 5-0 en el partido de vuelta), con Van Basten como autor de dos goles. El año anterior ya había recibido su primer Balón de Oro y aún ganaría dos más, el de ese mismo 1989 y el de 1992.
El castigo de las lesiones
Pero en la historia vital de Van Basten no todo ha sido luz, también está llena de grises y negros, los cuales son muy protagonistas en su autobiografía. Hay un antes y un después del 21 de diciembre de 1992, cuando se operó por tercera vez del tobillo con la intención de limpiarlo. Ya nunca más volvería a pisar un terreno de juego como futbolista profesional.
"Lo pasé muy mal, vivía con mucho dolor. Los médicos no me ayudaron con los tratamientos y mi tobillo cada vez fue a peor. Pasé mucho tiempo en el sofá, sin poder ni andar, sin ganas de que la gente me viera en ese estado. Me deprimí, fue una época muy oscura", explica Van Basten.
Y añade: "El dolor era físico, pero evidentemente me afectó mucho mentalmente. Me quedaban muchos años de futbolista, de demostrar todo lo que hubiese podido ser", explica Van Basten.
De hecho, el prólogo de Basta es impactante. Van Basten relata cómo durante ese horrible periodo cuando se levantaba a orinar a medianoche se dirigía hasta el lavabo arrastrándose a gatas como consecuencia de su imposibilidad de apoyar un tobillo derecho que le hacía gemir de dolor a pesar de los analgésicos. Cualquier mínimo golpe le provocaba un infierno.
"Intenté solucionar el problema del tobillo de muchas maneras para seguir con mi carrera futbolística, pero no pudo ser", recuerda más de 25 años después. Hasta que en febrero de 1996 decidió que le fijaran la parte superior de la articulación, lo que se llevó el terrible dolor, pero acabó para siempre con la esperanza de volver a ser futbolista.