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Marcus Smart: una vida repleta de tragedias para entender una personalidad indomable

El jugador de los Celtics tuvo una infancia terrible, lo que le ha llevado a vivir cada minuto en la cancha siempre como si fuese el último

Marcus Smart, durante un partido con los Boston Celtics temporadas atrás / Getty Images

Marcus Smart, durante un partido con los Boston Celtics temporadas atrás

Madrid

Marcus Smart es conocido entre los aficionados a la NBA como uno de los jugadores más polarizantes de la liga. Los aficionados de los Boston Celtics le adoran, pero la mayoría del resto de hinchas le detestan.

El escolta de la franquicia de Massachusetts tiene una forma de jugar poco habitual: nunca da por perdido un balón, nunca. Para él el esfuerzo es algo vital a la hora de entender el deporte y el baloncesto... pero, ¿por qué Marcus Smart pelea por cada balón como si la vida le fuera en ello?

Marcus Smart se crió en un suburbio cerca de Dallas, en un barrio en el que las pandillas callejeras campaban a sus anchas y en el que la violencia y las drogas estaban a la orden del día. Sin embargo, la figura de su hermano mayor, Todd Smart, sirvió para que el pequeño Marcus creciera alejado de los problemas.

Pero la familia sufre un tremendo varapalo cuando, con 15 años, a Todd le detectan un tumor detrás del ojo. Gracias a su fuerte personalidad siempre hizo todo lo posible por evitar demostrar debilidad para que su familia no sufriera. Marcus y su otro hermano, Michael, los cuales lograron eludir los problemas durante su infancia, vieron como todo se iba al traste con la muerte de su hermano mayor.

El día en el que le informan a Marcus de que Todd está en el hospital muriéndose sufre un ataque de furia: hace añicos el cristal de una puerta, no deja de gritar y sale como una exhalación hacia el hospital hasta que su tía le frena para llevarle. Allí, cuando llega, su hermano Todd ya está muerto en la cama, pero Marcus intenta comunicarse con él. "Estaba frío como el hielo, jamás he sentido el tacto de nadie tan frío y tan duro". Marcus, pese a que su madre intenta sacarle de la habitación, vuelve a la cama, le zarandea, le besa en los labios y expresa: "Todd es como una mariposa, se ha ido volando".

La rebeldía de Michael Smart

En esa época, muchos jóvenes del barrio lograban llenarse los bolsillos con miles y miles de dólares gracias, en gran medida, al tráfico de drogas. Marcus logra evitar ese mundo, pero su hermano mayor, Michael, no lo consigue y accede a un mundo horrible: vendía crack, otras drogas e incluso ejercía como proxeneta.

Ahí Marcus, con apenas 10 años, tiene que hacer de hermano mayor de su propio hermano mayor: cada noche le esperaba en una esquina para asegurarse de que volvía a casa sano y salvo pese a que Michael llegaba en unas condiciones deplorables. "Mamá no tiene por qué ser llamada a las 2 de la mañana para que le digan que te han encontrado en la cárcel o bajo tierra, ella ya ha perdido un hijo". Michael solo pudo contestar con lágrimas.

No obstante, aunque Michael se lo prometía noche tras noche, finalmente sucedió: otro día trágico en la vida de Marcus Smart, le llamaron para advertirle de que esta vez era su hermano Michael el que estaba en el hospital muriéndose. En esta situación se había desmayado a causa del atracón de cocaína que se había metido. Finalmente, el médico logró salvarle la vida a Michael y este cambió, poco a poco, pero cambió y logró alejarse de las calles.

Damon, un nuevo puñal en la vida de Smart

En un acto benéfico en las instalaciones de los Boston Celtics un gran número de niños que estaban internados en hospitales con diversas enfermedades estuvieron junto a sus ídolos. Sin embargo, uno de ellos no pudo acudir a causa de lo mal que se encontraba: Damon, de 16 años de edad.

Damon era el mayor fan de Marcus Smart que se pudiera imaginar, pero a causa del linfoma que padecía no pudo acudir. Pero cuando el hermano de Damon le contó lo que pasaba a Smart, se dirigió al hospital para visitarle. Cuando Damon vio aparecer por la puerta a Marcus Smart, se incorporó y por primera vez en semanas tuvo una reacción muy positiva.

Al día siguiente jugaban los Boston Celtics y Marcus Smart  quería que fuese una noche especial para Damon. El escolta encargó que le llevase una pizza a su habitación en el hospital para que disfrutase del encuentro con su familia y tuvieran un recuerdo feliz. Además, esa noche el jugador de los Celtics jugó con el nombre de Damon en sus zapatillas y tras el partido se aseguró de que al día siguiente le llegasen dichas zapatillas. Sin embargo, lo que sucedió fue terrible: aquella noche, tras disfrutar del partido de su ídolo, Damon falleció.

 
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