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Acoso laboral

El Supremo confirma la absolución del sargento de la Policía de Santander acusado de acosar a una compañera

Rechaza el recurso de la denunciante y confirma que la situación no llega a ser un delito de acoso

El Supremo reconoce "un contexto enrarecido, en ambiente de tensión alimentado también por la querellante con algunas actitudes que, pudiendo disculparse, permiten devaluar o matizar la exclusiva responsabilidad del acusado"

Imagen del juicio celebrado contra el sargento de la Policía Local de Santander / Europa Press

Madrid

El Tribunal Supremo ha confirmado la absolución de un sargento de la Policía Local de Santander acusado de acosar laboralmente durante años a una compañera con amenazas y la apertura indiscriminada de expedientes. Los jueces reconocen que existía un "ambiente de tensión" pero que estaba "alimentado también por la querellante con algunas actitudes que, pudiendo disculparse, permiten devaluar o matizar la exclusiva responsabilidad del acusado" aunque la Justicia ha declarado probado que estuvo de baja por depresión precisamente por este conflicto. 

Los hechos denunciados por esta agente ocurrieron entre 2014 y 2016 en el seno de la unidad de atención a las víctimas de violencia machista de la policía santanderina. La relación comenzó a "agriarse" después de una reunión con "cruces de acusaciones" entre los agentes de la unidad a cuenta de los protocolos de actuación, empezando entonces una serie de desencuentros entre el sargento y la agente.

El sargento empezó a dar parte indiscriminadamente de cada salida que hacía esta agente en su horario laboral, por ejemplo cuando iba al médico teniendo un justificante o instando la apertura de expedientes sancionadores que eran revocados posteriormente por la Justicia a cuenta de, por ejemplo, no haber presentado un informe en el mismo momento en que le fue solicitado. La situación empeoró cuando ella presentó la querella: acusaciones de abandonar la unidad sin avisar y más intentos de abrir expedientes disciplinarios.

El Tribunal Supremo acaba de confirmar lo que dijo en primera instancia la Audiencia de Cantabria: que el sargento debe ser absuelto porque el ambiente conflictivo existente no era sólo culpa suya y que todas las acciones denunciadas y probadas no fueron tan graves y persistentes como para ser consideradas un delito de acoso. La agente le acusaba de acoso laboral, falso testimonio, lesiones e infidelidad en la custodia de documentos.

Un "contexto enrarecido"

La sentencia del Tribunal Supremo, que ha tenido como ponente al magistrado Antonio del Moral, examina el caso y concluye lo mismo que dijo la Audiencia de Cantabria: que el ambiente laboral era conflictivo pero no delictivo. Habla el Supremo de "un contexto enrarecido, en ambiente de tensión alimentado también por la querellante con algunas actitudes que, pudiendo disculparse, permiten devaluar o matizar la exclusiva responsabilidad del acusado".

Los actos que la Audiencia de Cantabria definió como "hostiles", para el Supremo, no fueron ni tan frecuentes ni tan intensos. "No se aprecia esa insidiosa persistencia. Durante largos periodos los actos se espacian", explica.

La documentación del caso refleja cómo en 2016 el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria confirmó por lo social que las dos bajas que había tenido la agente por ansiedad eran enfermedad laboral y que la mujer "presenta un trastorno adaptativo mixto ansioso-depresivo, siendo el factor desencadenante del mismo la situación de estrés y conflicto en el ámbito laboral en los últimos años". Añadió el TSJ que "no se aprecia aquí ni por el integro texto del informe forense, la gravedad de la dolencia que no pretende la actora. Pero, de otro, sí se concluye que su origen en exclusivamente reactivo a su trabajo, y por tanto profesional".

 
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