Archivo definitivo del Tribunal Supremo a los insultos "inaceptables" del juez Derqui

Madrid

El Tribunal Supremo ha decidido confirmar el archivo del expediente abierto al juez Francisco Javier Martínez Derqui por llamar "bicho" e "hija de puta" a una denunciante de violencia machista, María Sanjuán, en una conversación grabada accidentalmente por el juzgado y que fue desvelada en exclusiva por la Cadena SER en 2018. Los jueces entienden que sus insultos fueron "ofensivos y por completo inaceptables" pero que fue una conversación privada por la que no puede ser sancionado.

La denuncia fue revelada por esta emisora. El sistema de grabación de vistas del juzgado de violencia sobre la mujer número 7 de Madrid se quedó encendido después de celebrar una vista entre Sanjuán y su expareja para decidir sobre la custodia de sus hijos menores de edad: el magistrado Martínez Derqui comenta con la fiscal y una funcionaria que "verás el disgusto que se va a llevar cuando vea que tiene que darle los hijos al padre, estará por la noche en el Sálvame poniéndome de vuelta y media" y refiriéndose finalmente a ella como "bicho" e "hija de puta".

La grabación fue enviada a las partes junto con el resto de la vista y el caso terminó en manos del Consejo General del Poder Judicial, que decidió archivar las diligencias. Tras examinar las imágenes, el promotor de la acción disciplinaria concluyó que se trataba de una grabación irregular de una conversación privada que no podía servir como prueba.

Ya entonces el promotor dejó por escrito que las expresiones vertidas por Martínez Derqui son de una "objetiva e incuestionable incorrección" en una decisión que acaba de avalar la sala de lo contencioso-administrativo del Tribunal Supremo. Los jueces entienden que su compañero "se refirió a la demandante en términos inequívocamente ofensivos y por completo inaceptables y fuera de lugar" pero confirman la decisión de no imponerle ningún tipo de sanción.

Una conversación privada

Derqui, una vez desvelados sus comentarios por la Cadena SER, pidió disculpas y se apartó del caso. La resolución de la sala tercera del Tribunal Supremo ratifica que "esa conversación, fuese cual fuese su tenor, ha de ser considerada como una conversación privada que sólo podría ser conocida si sus partícipes así lo desearan". Una grabación que "no fue consentida" y que "es una clara vulneración del ámbito privado de las personas grabadas, lo que invalida cualquier uso de la misma para un procedimiento sancionador".

Los jueces recuerdan que la confirmación del archivo y la negativa a cualquier tipo de sanción "no palia el carácter reprobable de las expresiones proferidas en la citada conversación, que llevaron a la recurrente a recusar al magistrado interviniente y a éste a apartarse de los procedimientos en los que era parte la recurrente". También rechazan que incurriese en algún tipo de irregularidad procesal.