Los institutos alertan: las clases semipresenciales empeoran los resultados de los alumnos que ya iban mal
Filomena vuelve a poner en evidencia la brecha digital educativa
Los 500.000 dispositivos informáticos prometidos por el ministerio y las comunidades hace meses no llegaran al menos hasta febrero
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Los institutos alertan: las clases semipresenciales empeoran los resultados de los alumnos que ya iban mal
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Madrid
Los directores y profesores de instituto alertan de que las clases semipresenciales, que se han implantado este curso de forma casi generalizada a partir de tercero de la ESO por la pandemia, están lastrando los resultados de algunos alumnos y agrandado la brecha entre los que sacaban buenas notas y los que iban peor.
Los directores hablan de una "cierta polarización" de los resultados en el primer trimestre: el que iba bien sigue bien pero el alumno que renqueaba ha ido a peor. "La no presencialidad continua hace que el alumnado con tendencia a no seguir las tareas diarias lo tenga más fácil, entre comillas, y se perjudiquen sus resultados", explica Raimundo de los Reyes, presidente de FEDADI, la Federación de Asociaciones de Directivos de Centros Educativos Públicos.
También los profesores han notado una bajada en el rendimiento de algunos estudiantes por las clases presenciales. Mario Gutiérrez del sindicato CSIF recuerda que tras el confinamiento se habló de planes de refuerzo que, denuncia, no se han puesto en marcha: "La falta de contacto ha reducido el rendimiento y agudiza nuestra críticas sobre las promesas vacías que se hicieron a final de curso sobre que se iban a reforzar los centros y atajar este problema educativo que ya se vio en el confinamiento".
Los alumnos se quejan de que no se ha hecho una adaptación de los contenidos a las clases on line: "Lo que antes dábamos presencialmente en clase no vale con ponerlo delante de una cámara porque eso no funciona y está demostrado que genera más desmotivación. Necesitamos metodologías claras que potencien lo mejor de cada estudiante y, sobre todo, que potencien lo mejor de cada sistema del presencial y del on-line".
Además, subrayan, que la diversidad de plataformas educativas y su funcionamiento dispar es una complicación añadida para muchas familias que no saben dónde encontrar los materiales o cómo tener acceso a las clases.
El temporal de nieve que hemos vivido en esta última semana ha vuelto a poner en evidencia la "brecha digital" que sufren muchos alumnos: una desigualdad en el acceso a las clases a distancia por falta de medios informáticos o de formación para usarlos.
El Ministerio de Educación estima que en torno a un 12% de los alumnos tienen problemas para seguir clases on-line. Eso es alrededor de un millón de estudiantes. Se incluyen a los que tienen dificultades por falta de conexión a internet, de un dispositivo - un teléfono, un ordenador...- que no tengan que compartir y que pueden usar para estudiar o también a quienes no pueden seguir la enseñanza porque ni él ni su familia tiene la preparación o el tiempo para ayudarle a conectarse o para seguir las clases. Esto ocurre sobre todo en el caso de los alumnos más pequeños. Al final, como vemos, la brecha digital realmente es una brecha social y económica.
¿Qué consecuencias tiene está brecha en los niños?
Los expertos alertan de que si no se corrige puede aumentar el fracaso escolar y el abandono temprano en un país que ya tiene una de las mayores tasas de Europa. Un 17% de los jóvenes españoles entre 18 y 24 años tiene como mucho la ESO, el segundo peor porcentaje de Europa. Al final eso se traduce en una peor preparación, empleos más precarios con peores salarios y menos posibilidades para estas personas y para la economía del país. El abandono educativo temprano es un buen indicador del futuro económico que nos espera.
El ministerio y las comunidades autónomas acordaron durante el confinamiento un programa para repartir 500.000 dispositivos digitales para ayudar a estos alumnos pero los dispositivos aún no han llegado. Desde Educación nos explican que el problema está en la complicada que resulta la contratación pública (las comunidades han tenido primero que suscribir el convenio, después recibir la autorización de su consejería de Hacienda, publicarlo en el BOE y sacar la licitación...) El resultado de todo este es que lo previsto es que los primeros dispositivos lleguen en febrero a los estudiantes con el segundo trimestre ya iniciado.