Cargos de Cs creen que Rivera debería limitar sus intervenciones públicas para no perjudicar al partido

Madrid

"Yo tengo muy buena relación con Albert". Es la frase que lleva semanas repitiendo, una y otra vez, la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, cuando le preguntan por su antecesor en el cargo, Albert Rivera, ahora presidente de un despacho de abogados y, según él, "fuera de la vida política".

Y lo cierto es que cada vez son más constantes las preguntas a Arrimadas sobre el expresidente de su formación y, más en concreto, sobre lo que dice en sus asiduas entrevistas o conferencias, algo que ya empieza a cansar y mucho en un sector de las filas de la formación liberal.

En algunas de sus últimas apariciones públicas, Rivera, que nunca nombra a Arrimadas o a la actual dirección de Ciudadanos, ha criticado veladamente la negociación que su partido hizo con el Gobierno de Sánchez y Pablo Iglesias respecto a los Presupuestos Generales del Estado: "uno puede ser flexible, laxo, puede tener cintura, pero uno tiene que tener dignidad", dijo en una intervención en Zaragoza.

Más recientemente, preguntado por si votaría hoy en día a Ciudadanos, Rivera no lo dejó claro: "Espero poder votar a Ciudadanos y por muchos años, pero entiendo también que cuando dejas la trinchera eres más libre", aseveró en una entrevista el pasado lunes en Antena 3.

Miembros de la cúpula de Ciudadanos consultados por esta redacción aseguran en privado sentirse cada vez "más defraudados" por la "estrategia pública", la llaman así, "estrategia" que, según dicen, está llevando a cabo Albert Rivera.

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Primero no entienden por qué se está "sobreexponiendo tanto" en los medios, "por muchos libros que quiera vender", nos asegura una persona de la Ejecutiva de Cs.

Además, dicen sentirse "entristecidos" porque, aunque no arremeta de forma directa "tampoco empuja a favor" de su sucesora, Inés Arrimadas. Algunos se preguntan "cuáles son las intenciones reales" del expresidente naranja.

Sobre la campaña electoral en Cataluña, en la que Rivera ya ha dicho públicamente que no quiere participar, fuentes oficiales confirman que había intención de invitarle, pero un alto cargo aclaró después que, tras su desplante, se decidió no hacerlo.

De hecho, la propia Arrimadas, en una entrevista el pasado martes en Canal Sur Radio dijo tajantemente: "Yo tengo muy buena relación con Albert pero él ya lo ha dicho, está fuera de la política. Nosotros estamos ahora en una nueva etapa y tenemos mucho equipo, muchos compañeros que evidentemente vamos a hacer muy buena campaña".

"Se le fue un poco"

Rivera sigue teniendo contacto con muchos cargos de Ciudadanos, algunos en la actual Ejecutiva y otros ocupando puestos institucionales. Varias de esas personas coinciden en señalar que Rivera debería limitar ya sus intervenciones públicas porque "podría perjudicar al partido". Algunas de esas personas aseguran que se lo han llegado incluso a recomendar cara a cara.

Entienden que, aunque esté fuera de la primera línea política "es y seguirá siendo" el primer presidente de Ciudadanos "hasta que se muera".

Una destacada dirigente asegura que Rivera "lo pasó mal" tras sus explosivas declaraciones en Zaragoza por la repercusión que tuvieron en los medios. Incluso ella, muy cercana al exlíder liberal, reconoce que "se le fue un poco".

Sin embargo, en esos encuentros el expresidente transmite, según estas fuentes, que no va a dejar de decir lo que piensa a pesar de que es consciente de que sus palabras a veces se pueden interpretar de una forma que no es la que él desearía. "Tiene esa dicotomía interna", asegura un cargo naranja que se ha visto en privado recientemente con Rivera.