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Coronavirus Covid-19

España vuelve a la casilla de salida: ¿Qué ha pasado desde el levantamiento del estado de alarma en junio?

El 21 de junio se daba por finalizado el estado de alarma provocado por el COVID-19 en España, y cuatro meses después, el Gobierno vuelve a implantar esta medida para intentar aplanar la curva de contagios

Una mujer mayor con mascarilla en la terraza de un bar. / María José López (EUROPA PRESS)

Una mujer mayor con mascarilla en la terraza de un bar.

Madrid

Hace más de medio año que el COVID-19 revolucionó radicalmente el estilo de vida y la forma en la que el ser humano se relacionaba. Y aunque muchos ciudadanos esperan despertar de esta nueva normalidad en cualquier momento, con el inicio del otoño, el repunte de casos es ya una realidad que ha provocado la segunda ola de coronavirus en España.

El 21 de junio de este 2020 se terminaba el estado de alarma que el Gobierno de Pedro Sánchez había impuesto durante tres meses para contener la propagación del virus y frenar así las posibles consecuencias sanitarias y sociales de la pandemia. Sin embargo, después de dar una toma de oxígeno a la economía y a los ciudadanos en la temporada de verano, el estado de alarma vuelve a decretarse en España este 25 de octubre.

El confinamiento que aplanó la curva

Las autoridades han decidido volver a poner en funcionamiento la herramienta que mejor consiguió reducir los casos durante la primera oleada. El 14 de marzo se decretaba el estado de alarma en España, al ser uno de los países más afectados de la Unión Europea rondando ya los 2.000 casos positivos y las 152 muertes.

Dos meses después de prórrogas y de discusiones entre los diferentes partidos políticos sobre la gestión de la economía española, que parecía hundirse a pesar de las ayudas y ERTE, el Gobierno diseñaba un plan de desescalada para intentar salvar la temporada de verano. Los ciudadanos se preparaban para ‘la nueva normalidad’ con distancias de seguridad y la incorporación de mascarillas obligatorias y geles hidroalchólicos a su vida cotidiana. Los besos, los abrazos y las masificaciones de gente desaparecían y se convertían en un aspecto del pasado al que todavía muchas personas no terminan de acostumbrarse.

Junio y julio, los meses con mejores datos

Con esta 'nueva normalidad', España disfrutaba a finales de junio y principios de julio de los índices más bajos de coronavirus desde el inicio de la pandemia. Es enctonces cuando el Gobierno Central otorgaba a las Comunidades Autónomas el control del virus en sus territorios.

En julio, las cifras de casos por coronavirus rondaban los 200 contagios y se consiguió, incluso, que no se notificara ninguna muerte en varios días. El director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, apuntó durante sus comparecencias que la peligrosidad del virus se había reducido. El aumento de asintomáticos y la bajada de la edad media de infectados en torno a los 40 años hizo posible esta situación.

El ocio nocturno, protagonista de los rebrotes

Sin embargo, las restricciones para el ocio nocturno llegaron poco después de la desescalada, cuando se detectó en el sector un alto índice de contagios, sobre todo en la población joven, que provocó los famosos rebrotes que protagonizaron el verano. Poco a poco las comunidades fueron restringiendo los horarios y la capacidad de los pubs y discotecas, que en algunos casos tuvieron que reinventarse a las fiestas diurnas para poder sobrevivir.

Según apuntaba Simón, el control de la pandemia era posible gracias a que los focos estaban localizados y que, con la ayuda de los rastreadores, impedían la transmisión comunitaria.

Primeras medidas restrictivas y retrocesos de fase

Cataluña y Aragón fueron las primeras comunidades que, ya durante los meses de verano, tuvieron que intervenir dentro de sus fronteras por detectar posibles zonas con transmisión comunitaria. Su capacidad sanitaria también se encontraba por encima de los índices establecidos. Galicia y País Vasco no tardaron en sufrir las mismas consecuencias y tomaron medidas al respecto, como confinamientos de las zonas con más incidencia o cribados a determinados grupos de la población. Muchos municipios retrocedieron de fase como medida de contención.

A mediados de agosto el Gobierno y las Comunidades se reunían para establecer a nivel nacional una serie de medidas con las que se pretendía atajar el virus, como limitación del número de personas que podían reunirse a no más de 10, prohibición de fumar en los espacios públicos y de botellones y cierre de establecimientos a la 1:00 de la mañana.

Septiembre: vuelta al cole y discordia política

Con el fin del verano y la vuelta al cole y al trabajo los riesgos se multiplicaban, y la falta de acuerdo político se hacía cada vez más latente. Las Comunidades diseñaron sus planes y estrategias para facilitar ese retorno y evitar que se produjera un pico en la curva.

El principal detonante fue la Comunidad de Madrid, que sufría un aumento de casos desproporcionado y sin control. El 21 de septiembre el presidente Pedro Sánchez y la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, mantenían un encuentro con el fin de arreglar diferencias y crear un grupo COVID-19 que ayudara a encontrar medidas para la contención del virus.

La guerra política no cesó a pesar de la gravedad de la situación sanitaria, y poco a poco se han ido distanciando más. El Gobierno de Ayuso apostó por un confinamiento por zonas básicas de salud que permitieran no cerrar por completo la capital. Pero para el Ministerio de Sanidad no fue suficiente y se encontró en la obligación de decretar el estado de alarma en Madrid para limitar la movilidad de cara al puente de octubre.

Navarra y Aragón, las otras dos comunidades con incidencias máximas, tomaron medidas muy restrictivas también dentro de sus territorios y confinaron perimetralmente las zonas con más contagios. En el último mes se han ido sumando progresivamente al confinamiento perimetral los municipios más afectados a nivel nacional, excepto Canarias, que parece contener la segunda ola. De hecho, desde este domingo se incluye a las islas dentro de los corredores seguros para poder viajar desde Alemania y Reino Unido.

La llegada del toque de queda

A mediados de este mes de octubre y con la preocupación avanzando por el territorio español, las comunidades comenzaban a pedir al Ejecutivo Central que tomara cartas en el asunto. Navarra era la primera en confinar a toda la comunidad.

El toque de queda comenzaba a resonar por toda Europa, y en el último Consejo inteterritorial del Sistema Nacional de Salud, Castilla y León y Valencia pedían esta restricción en su comunidad. Andalucía, Cataluña… poco a poco todas las comunidades han ido solicitando esta medida a lo largo de la semana.

Aumento de los contagios por encima de los 19.000

Los últimos datos reflejados el viernes por el Ministerio de Sanidad son de 19.851 nuevos contagios a nivel nacional, lo que supone un aumento desde que comenzó la pandemia, que ya se sitúa por encima del millón de casos. Respecto a las últimas muertes contabilizadas, la cifra es de 231. En total, 34.752 han sido las personas que no han superado el virus en España.

Finalmente el Gobierno de Pedro Sánchez ha decretado el estado de alarma a nivel nacional, pero bajo los criterios de las Comunidades Autónomas que serán las que establecerán los niveles de alerta. De esta manera, Sánchez pretende, evitar el confinamiento domiciliario que se vivió en marzo y con ello un desplome mayor de la economía.

 

 
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