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George Floyd

La furia antirracista derriba y arroja al río la estatua del esclavista inglés Edward Colston

Varios manifestantes realizan pintadas en la estatua de Churchill frente al Parlamento británico

También ha sido derribada en Richmond la estatua del general confederado Williams Carter Wickham

La estatua del esclavista Edward Colston, derribada este domingo en Bristol por un grupo de manifestantes en apoyo a la campaña Black Lives Matter que denuncia la muerte violenta de George Floyd a manos de la policía. / Ben Birchall/PA Wire/dpa (Ben Birchall/PA Wire/dpa)

Londres

La estatua del conocido esclavista y político Edward Colston, motivo de polémica durante años, ha sido derribada y arrojada al río en la ciudad británica de Brístol durante una manifestación antirracista en la que han participado unas 10.000 personas.

Los manifestantes han utilizado cuerdas para rodear el cuello y tumbar la estatua de bronce de Colston, miembro de la Real Compañía Africana que habría transportado a 80.000 hombres, mujeres y niños como esclavos de África a América.

Colston dedicó parte de su fortuna a obras benéficas en Bristol y tras su muerte, en 1721, se le dedicó una estatua que ahora ha sido derribada y arrojada al río Avon.

Las imágenes difundidas en redes sociales muestran como uno de los manifestantes puso la rodilla en el cuello de la estatua de Colston tras ser derribada, en una imagen parecida a la del policía que mató al afroamericano George Floyd el pasado 25 de mayo en Mineápolis y que está en el origen de la actual ola global de protestas.

La ministra del Interior británica, Priti Patel, ha calificado de "totalmente vergonzoso" el incidente. "El vandalismo es completamente inaceptable", ha afirmado Petri, que ha advertido de que distrae de la causa real de las protestas.

El historiador David Olusoga ha argumentado en declaraciones a la BBC que la estatua debería haber sido retirada hace mucho tiempo. "Las estatuas dicen 'este fue un gran hombre que hizo grandes cosas'. No es cierto. Fue un comerciante de esclavos y un asesino", ha apuntado. Una petición en Internet pidiendo la retirada de la estatua había logrado 11.000 firmas.

Por otra parte, durante la manifestación antirracista de este domingo frente a la Embajada estadounidense en Londres, la estatua del primer ministro británico Winston Churchill ha sido atacada y se ha pintado la frase "era un racista" en el pedestal.

Junto al pedestal se han dejado pequeñas pancartas con mensajes como "El colonialismo británico es el responsable" o "¿Y si fuera tu hijo?" y se ha adherido un pequeño cartón con el lema "Las vidas de los negros importan" a la cintura de la estatua.

En los vídeos difundidos en redes sociales se puede ver la estatua y un grupo de gente gritando consignas como "Churchill era un racista" y "Boris (Johnson) es un racista". Otro grupo de manifestantes parecía intentar proteger la estatua.

Una protesta global

Durante la manifestación contra el racismo en Richmond, Virginia, también ha sido derribada la estatua del general confederado Williams Carter Wickham. Los manifestantes concentrados en el parque Monroe derribaron la estatua en la noche del sábado. Wickham era abogado, dueño de una plantación, político y general de caballería de la Confederación durante la guerra civil americana (1861-1865).

En ese mismo parque –utilizado como hospital de campaña durante la guerra– hay otras dos estatuas dedicadas a personalidades confederadas, una de ellas a Fitzhugh Lee, general confederado y sobrino del mítico Robert E. Lee. El gobernador de Virginia, Ralph Northam, había ordenado el jueves la retirada de una estatua de Robert E. Lee situada cerca.

En la misma línea, el viernes el Cuerpo de Marines de las Fuerzas Armadas estadounidenses anunció la retirada de todas las banderas confederadas. "Los acontecimientos actuales son un terco recordatorio de que no basta retirar los símbolos que provocan división, sino que debemos eliminar la división en sí misma", ha declarado el comandante de los marines, el general David H. Berger.

La orden incluye objetos cotidianos como tazas, carteles o pegatinas de vehículos. "La bandera de batalla confederada ha sido utilizada por extremistas violentos y grupos racistas cuyas creencias causan división y no tienen cabida en nuestro Cuerpo", afirmó Berger.

 
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