El día que Carlos Sainz conoció la gloria del podio de la Fórmula 1

Carlos Sainz ya es nuevo piloto de Ferrari. El madrileño pilotará un monoplaza rojo en el Mundial 2019, el que ha dejado libre el alemán Sebastian Vettel tras su ruptura con la escudería italiana, y tendrá como compañero al monegasco Charles Leclerc, uno de los pilotos con más proyección de la parrilla de la Fórmula 1.

A pesar de su juventud -tiene 25 años-, Sainz es casi un viejo guerrero del circo de la F1, al que llegó en 2015 de la mano de Toro Rosso. Y lo hizo con un grandísimo resultado para un debutante, ya que consiguió entrar en los puntos al terminar el GP de Australia en la novena posición. Había sido séptimo en la calificación.

Pero la carrera que sus fans recuerdan con más emoción, de las más de cien que ya ha disputado en la Fórmula 1, es el Gran Premio de Brasil en el que dejó a todos con la boca abierta después de protagonizar una remontada de las poco habituales en este deporte: partiendo de la vigésima posición en la salida acabó en la tercera plaza. De esa forma logró el primer y hasta ahora único podio de su trayectoria en este deporte.

El madrileño había cruzado la línea de meta en la cuarta posición, pero una sanción a Lewis Hamilton por una maniobra demasiado arriesgada con Alexander Albon le convirtió en tercero. La decisión se tomó después de la ceremonia del podio, lo que impidió al español hacerse la que habría sido una foto histórica.

Eso no impidió una celebración por todo lo alto incluso desde el mismo monoplaza una vez finalizada la carrera. Entonó su canto de guerra -la canción 'Smooth Operator', de Sade- y aseguró que aquella carrera había sido una de las "operaciones más fluídas" de su vida, jugando con las palabras de esa canción por la que le conoce todo el mundo de la F1.

"Un poco extraño no subir al cajón tras la carrera, pero increíblemente contento", decía en las redes sociales el piloto, entonces en McLaren, escudería a la que llegó como sustituto de Fernando Alonso.

A la estela del bicampeón

La carrera de Carlos Sainz ha estado un poco a la estela de la de Fernando Alonso, gran protagonista de la Fórmula 1 tanto para los aficionados españoles como para los de gran parte del mundo. Pero desde ese debut con puntos ya demostró que era capaz de competir por estar en posiciones de privilegio en esta categoría.

Su trayectoria ascendente se explica por la posición en la que acabó en cada una de sus cinco temporadas en el Mundial: decimoquinto en 2015 (Toro Rosso), duodécimo en 2016 (Toro Rosso), noveno en 2017 (empezó con Toro Roso y luego se marchó a Renault), décimo en 2018 (Renault) y sexto en 2019 (McLaren).

Esa última temporada era el penúltimo capítulo de la vida en paralelo de Sainz y Alonso. Ambos habían pasado por Renault y en McLaren pudo sacarse la espinita que tuvo clavada el asturiano varias temporadas en una escudería con fallos y frustraciones continuas. El cambio de motor -de Honda a Renault- ayudó también para convertir el monoplaza de McLaren en el cuarto mejor del paddock. 

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