Ocio y cultura
Literatura

'A lo lejos', un western sobre la épica de la soledad

El escritor Hernán Díaz publica en España 'A lo lejos', una novela sobre la extranjería, el aislamiento y la soledad

Hernán Díaz / Impedimenta

Hernán Díaz

Madrid

El agujero, una estrella abierta a golpes en el hielo, era la única alteración visible en la blanca planicie fundida con el blanco cielo. Ni asomo de viento ni de vida ni de sonido. Así comienza A lo lejos, del escritor argentino Hernán Díaz, una novela que revienta los clichés del western para contar una historia sobre la soledad, sobre el desierto -no sólo como espacio físico, sino también mental y moral-, sobre la violencia que el hombre ejerce sobre el hombre y sobre la naturaleza. Una novela que a su autor, que reside en Nueva York, le costó seis años escribir y muchos otros publicar. Después del rechazo de multitud de editoriales, un sello independiente apostó por ella, la publicó con el título In the distance y en 2018 se convirtió en finalista del Premio Pulitzer en la categoría de ficción. La editorial Impedimenta acaba de publicarla en España con traducción de Jon Bilbao.

A lo lejos narra la historia de un chaval sueco llamado Håkan Södertström, que en 1850 emprende un viaje con su hermano Linus rumbo a Nueva York. Håkan es pobre, no sabe leer, ni escribir, ni habla inglés. No sabe nada del mundo. Su vida hasta el momento ha transcurrido en una granja perdida en mitad de la nada. Håkan se pierde en un puerto inglés, toma el barco equivocado y termina en San Francisco. Sin tener ninguna noción de dónde está, el chaval emprende un viaje a pie en el que cruzará Estados Unidos para reunirse con su hermano. Es el momento de las grandes migraciones hacia el oeste, y él irá a contrapelo, en dirección contraria, hacia el este. En ese viaje, Håkan se convertirá en un adulto, en un hombre inmensamente solo y en una leyenda con el nombre de 'el halcón'.

Su autor, hijo de exiliados políticos argentinos, creció en Suecia, estudió en Londres y se instaló hace dos décadas en Nueva York, donde trabaja como director adjunto del Instituto Hispánico en la Universidad de Columbia, donde edita la Revista Hispánica Moderna. Explica que esta novela es "una reflexión sobre la extranjería, el aislamiento y la desorientación, temas que me interesan y que han marcado mi vida". Díaz añade que quería escribir una historia acerca de "qué significa ser un extranjero en el vacío absoluto", una paradoja que le interesaba, aunque admite que él no vive "de modo trágico" su condición personal de extranjero en Estados Unidos.

A lo lejos es un libro de aventuras y una historia de iniciación pero es, fundamentalmente, una novela sobre la épica de la soledad. Cuenta Hernán Díaz que le interesaba hablar de la soledad "de manera radical". Su protagonista estará solo gran parte de su vida, "está desvinculado de la sociedad, está extraviado en el espacio, en el tiempo, no sabe qué año es, qué edad tiene, es un personaje que ha soltado amarras con toda presencia social, no hay ninguna institución a lo largo del libro excepto cuando lo arresta un sheriff corrupto y, cuando aparecen el Estado y la religión, le aplastan; su soledad es absoluta, lo único humano que conserva es casi su propia anatomía".

En su viaje, Håkan se encontrará con un buscador de oro irlandés que le trata como un burro de carga, con una mujer con las encías podridas que le usa como esclavo sexual, con un naturalista visionario que le enseña cómo relacionarse de forma respetuosa con la naturaleza, con una caravana de pioneros capitaneada por un déspota, con soldados sin valores, con sádicos y asesinos... hasta convertirse en un proscrito y un ermitaño que vivirá durante años en los túneles de una cueva, excavados por él mismo.

La comunidad, el grupo, lo colectivo, siempre acaba resultando hostil en esta novela, siempre acaba agrediendo a Håkan. Díaz explica que A lo lejos sigue, de forma intencionada, "un modelo picaresco y cada uno de los episodios de la historia se ajusta a un estereotipo de la vida americana: los pioneros, la industria minera, la ganadería, todos esos hitos de mediados del siglo XIX que implican el arranque de lo que luego será la gran máquina del capital, del capitalismo, y eso implica grandes actos de violencia, de hombres contra hombres, de hombres contra la naturaleza y de opresión". Además, Håkan "se ve obligado a cometer un gran acto de violencia" que lo convertirá en una leyenda pero, al mismo tiempo, "lo pulveriza moralmente y su soledad tiene que ver con eso, con no poder resolver éticamente el horror de lo que ha hecho y esto provoca un ostracismo autoimpuesto".

A lo lejos es también un western a la contra, en el que hay algunos indios pero no hay vaqueros, el viaje del protagonista es hacia el este, no hacia el oeste, las dosis de sudor, polvo y testosterona son bastante bajas y solo hay un personaje que masque tabaco. Díaz cree que el western ha sido un género con una larga historia en el cine, pero "olvidado en la literatura, ignorado académicamente, por la crítica y en el mundo editorial y meterse con él implica meterse con ciertos problemas ideológicos, como el racismo inherente al género, el genocidio de los habitantes nativos; es un género machista y con uso frívolo de la violencia".

Uno de los mayores logros de Díaz como narrador en esta novela es la de convertir la ausencia de acción en algo interesante. Muchos de los días de la vida de Håkan en el desierto están marcados solo por la búsqueda de agua y alimentos o por la simple observación de la naturaleza. Poco más. "Una de las preguntas motoras de la narración fue", explica el autor, "cómo narrar la nada y cómo generar una nada voluptuosa e interesante, con cierta densidad".

A la ausencia de acción, salvo algunos episodios, se une la ausencia de afecto en toda la peripecia vital del protagonista: "el desamparo es otro de los grandes ejes del libro, a Håkan casi no lo tocan, nadie lo ha tocado en su vida, sus padres son de dureza luterana, distantes, y esto nos devuelve al tema central del libro, la soledad y cómo esta puede transformar a alguien". Díaz explica que la soledad de su personaje está conectada también con la soledad del escritor, la suya, esa experiencia muy dura de ver cómo rechazan una otra vez un manuscrito y aguantar, uno piensa a veces que está perdiendo la cordura y creo que eso pudo filtrarse en la novela, no tener interlocutor, sentir que nadie te escucha".

Díaz cuenta que ha vendido los derechos de A lo lejos para el cine, "hay director, hay productora, pero todo puede colapsar en algún momento, el cine es así".

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00