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La sucesora de Merkel al frente de los conservadores renuncia a la Cancillería

La CDU de Merkel se encuentra en estos momentos, según muchos analistas, sumida en la mayor crisis desde el escándalo de las donaciones irregulares al partido hace diez años

Annegret Kramp-Karrenbauer. / Carsten Koall (Getty Images)

Annegret Kramp-Karrenbauer.

Berlín

La crisis de Turingia, en la que los conservadores de la CDU unieron sus votos a la ultraderecha para elegir presidente regional, se ha llevado por delante a la delfina de Merkel, incapaz de mantener unido un partido con cada vez mayores divisiones internas, ni de hacer frente a las continuas críticas por su falta de liderazgo. La líder de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, renuncia a la carrera por la Cancillería y a la presidencia del partido, al considerar que ambos puestos debe asumirlos una sola persona para que cuente con las mayores garantías de éxito en el futuro.

Así lo ha comunicado Kramp-Karrenbauer a la junta directiva de la CDU, ante la atenta mirada de la canciller Angela Merkel, quien la aupó hasta la cima del partido a finales de 2018 para convertirla en su sucesora, y quien ha agradecido su trabajo. Merkel también le ha pedido que continúe como ministra de Defensa, cargo que desempeña desde julio de 2019.

Kramp Karrembauer se ha comprometido a seguir como presidenta de la CDU hasta verano, ocupándose personalmente de organizar la sucesión en la CDU y el proceso de la candidatura a canciller. Ha admitido ante sus compañeros que existe un problema ideológico sin resolver en el seno del partido respecto a la relación que mantendrán con la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD) y La Izquierda, que defiende un socialismo democrático más radical que los socialdemócratas del SPD. Un problema motivado por la gran fragmentación ideológica del tablero político alemán y la persistente caída de votos de los partidos tradicionales como la CDU y el auge de la ultraderecha, especialmente en el Este del país.

Annegret Kramp-Karrenbauer y Angela Merkel el pasado 10 de febrero en la sede del CDU.

Annegret Kramp-Karrenbauer y Angela Merkel el pasado 10 de febrero en la sede del CDU. / Gregor Fischer/picture alliance via Getty Images

Annegret Kramp-Karrenbauer y Angela Merkel el pasado 10 de febrero en la sede del CDU.

Annegret Kramp-Karrenbauer y Angela Merkel el pasado 10 de febrero en la sede del CDU. / Gregor Fischer/picture alliance via Getty Images

Kramp Karrembauer se ha mostrado estrictamente en contra de cooperar con ambas, pero no así algunas corrientes del partido, que abogan por abandonar el centrismo en el que lo situó Angela Merkel y tender puentes con la ultraderecha. Es el caso del grupo regional de Turingia, que el pasado miércoles se saltó la disciplina del partido para sumar sus votos a los de la extrema derecha y elegir presidente al candidato de los liberales, una estrategia política que tenía como objetivo desbaratar las opciones del de la Izquierda, que se presentaba a la reelección como ganador de las elecciones para liderar un gobierno con los socialdemócratas del SPD y Los Verdes.

Sin embargo, la tormenta política y social desatada en Alemania por la ruptura del cordón sanitario, desencadenó una sucesión de dimisiones, entre ellas las del presidente electo, la del líder de la CDU en Turingia, y la del secretario de Estado para el Este, fulminado por Merkel ante los reclamos de sus socios del gobierno federal.

La CDU de Merkel se encuentra en estos momentos, según muchos analistas, sumida en la mayor crisis desde el escándalo de las donaciones irregulares al partido hace diez años.

 
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