"Es una fieshta": el cambio radical de Ilán Cuesta, el protagonista del icónico anuncio de Ausonia

Madrid

¿Recuerdas a Ilán Cuesta? A pesar de que su nombre no te suene demasiado, fue uno de los protagonistas del año 2008. Todo ello gracias a un anuncio, emitido por Ausonia a lo largo de ese mismo año, en el que una madre recomendaba sonreír a su hijo durante una fiesta para conquistar el corazón de una compañera conocida como Carla.

Sin embargo, el niño no quería sonreír durante la fiesta porque llevaba brackets, tal y como le recordaba a su madre en el coche: "¿Pero cómo me voy a reír? ¡Es una fieshta!". En cuestión de días, la frase quedó para el recuerdo de millones de personas de todo el país, quienes a día de hoy continúan recordando esta mítica frase que ha trascendido más allá del anuncio.

"No estoy muerto como dijeron en Internet"

¿Sabías qué ha sido de él? Hace apenas unos días, el youtuber Jorge Cremades ha podido hablar con él y descubrir cómo es su nueva vida. Después de investigar en diversos foros sobre el paradero del actor, Cremades recurrió al colaborador de Espejo Público Diego Revuelta para obtener su nombre. A pesar de que en un primer momento no supo responder a la pregunta, el periodista llamaría más para asegurarle que el joven era un estudiante de arquitectura argentino llamado Ilán cuesta.

Gracias a estos datos, Jorge Cremades acudió a Instagram en busca del protagonista del anuncio. Apenas unos segundos más tarde, el youtuber daba con una versión adulta del Ilán Cuesta al que estábamos acostumbrados. Después de ponerse en contacto con él, Cuesta le confirmó que era el protagonista del anuncio: "Estoy vivo. No estoy muerto como decían por Internet, estoy más vivo que nunca".

Cuesta se desligo del mundo de la publicidad y estudia arquitectura

Después de charlar durante varios minutos con el youtuber a través de Instagram, Ilán Cuesta compartió una foto con Jorge Cremades mediante la que confirmaba que era el protagonista del anuncio. Una fotografía, en la que conserva su característico lunar, en la que podemos ver al argentino posando frente a un característico asado.

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De hecho, y tras continuar con la conversación a través de Instagram, los protagonistas de este vídeo acabaron manteniendo una videollamada mediante la que Cuesta cuenta su historia en primera persona. Por lo tanto, el joven no se suicidó como aseguraba la leyenda urbana que se propagó en Internet. Tan solo se desligó del mundo de la publicidad para continuar con su carrera como arquitecto.