Porno en vivo para incomodar al público burgués de El Conde de Torrefiel
La compañía de Tanya Beyeler y Pablo Gilbert estrena en Girona 'Kultur', una obra que habla de la fragilidad, con sexo explícito en el escenario
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El Conde de Torrefiel
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Girona
Los límites, cómo trascenderlos, cómo aceptar la fragilidad y una intención clara de incomodar a su público, ese que ya está convencido y entregado antes de sentarse en la butaca, es lo que atraviesa Kultur, el último trabajo de El Conde de Torrefiel, la compañía creada hace una década por Tanya Beyeler y Pablo Gisbert, que acaban de estrenar en el Festival Temporada Alta de Girona, tras su paso por Austria y Suiza.
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Kultur nace como una especie de spin off de su trabajo anterior, La plaza, estrenado en 2018. Explica Tanya Beyeler que, cada vez que hacían esa obra, "en el momento en que el texto decía que el protagonista abría una página porno y veía cómo una mujer era penetrada por tres hombres -se proyectaba boca, ano y vagina-, siempre había alguien que se iba (de la sala). Y pensamos que ahí había algo que explorar".
En Kultur, el espectador escucha a través de unos auriculares la voz de una mujer de unos treinta años, culta, que llega a casa después de trabajar -es profesora-, se descalza, se tira en el sofá, conecta Spotify en su ordenador, y comienza a divagar durante una hora en un ejercicio de vaciado mental antes de empezar a escribir. Y en esa divagación aparecen viejos conocidos en la lista de referentes que suele usar El Conde de Torrefiel, desde Houellebecq a Duchamp, pasando por Lars von Trier, Roberto Bolaño, Emma Cline o Cristina Morales. Y mientras, en el escenario, sucede algo que no tiene, aparentemente, ninguna relación con la historia que está escuchando el público: "Hemos trabajado con un material muy anti teatral, que es el sexo explícito, la situación es un casting de una película para adultos", explica Tanya Beyeler.
El público ve un set con un sofá, una mesa, varios focos y una cámara. A un tipo joven que come sushi mientras espera a que llegue una chica para hacer una prueba para una película porno. Al cabo de un rato, el público ve lo que puede ver en cualquier canal de vídeos porno, un polvo de unos quince minutos, cámara en mano, distintos planos, distintas posturas, cero emoción y mucha mecánica.
"Nuestro público suele ser un público burgués, joven, moderno, de izquierdas... y nosotros nos hemos dado cuenta de que la platea teatral, que se limita a doscientas o trescientas personas, acaba siendo el muro de facebook y todos piensan como tú. Y lo que hacemos en Kultur es proponer algo que puede parecer, de primeras, políticamente incorrecto, como el sexo explícito, y lo que puedo hacer es incomodar a mi público".
Creer en Dios, beber alcohol, masturbarte o viajar lejos es todo lo mismo: el intento de salir de un cuerpo que se acaba, nos dice esa voz a través de los auriculares. Explica Beyeler que la idea que atraviesa esta pieza es "el deseo de transcender nuestros límites físicos y mentales, bien creando algo que trascienda tu tiempo finito, en tus actos diarios o incluso con sexo, fiesta y viajes". Beyeler sostiene que Kultur es un "canto a la fragilidad porque pone de manifiesto nuestra animalidad y nuestra forma de encontrar soluciones a esta vacuidad a través del pensamiento, que nunca puede elevarse del todo porque, como dice Santiago Alba Rico en Ser o no ser un cuerpo, tenemos los genitales que nos amarran al suelo, vemos las estrellas pero nos amarran al suelo y nos recuerdan que somos carne".
Sobre el momento que atraviesa El Conde de Torrefiel, su cofundadora explica que actualmente están permitiéndose "el lujo de abrir otras puertas que no responden a las expectativas que hay sobre nosotros o que no responden a la imagen que creemos que tiene sobre nosotros el circuito teatral". Beyeler explica que, además de Kultur, están trabajando en su primer espectáculo para público infantil, que quieren que sea un recorrido, "una especie de escape room arti, un videojuego analógico".
En marzo de 2020, El Conde llegará a los Teatros del Canal de Madrid con La plaza y la compañía está buscando un espacio distinto donde poder representar también Kultur, al mismo tiempo que publicarán un fanzine con los dos textos.