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Portugal

El multimillonario segundo aeropuerto de Lisboa puede acabar sumergido en el río Tajo antes de 2050

Expertos técnicos alertan que la subida del nivel medio del mar desaconseja la construcción del Aeropuerto de Montijo

El primer ministro António Costa. / TIAGO PETINGA (EFE)

El primer ministro António Costa.

Lisboa

Desde hace unos años Portugal está de moda y son cada vez más las personas de todo el mundo que acuden a la capital lusa para disfrutar de su particular encanto costumbrista. En pocos sitios se nota más la popularidad de la ciudad que en el Aeropuerto Humberto Delgado de Lisboa, por donde pasaron 29 millones de pasajeros el año pasado. Más de la mitad de los 55 millones de pasajeros aéreos que vinieron a Portugal llegaron a través de las dos terminales del aeropuerto, y fue evidente que en muchas ocasiones las infraestructuras se veían superadas por la demanda: fueron cada vez más frecuentes las colas eternas en las zonas de seguridad y aduaneras, y cada vez más numerosas las quejas de los pasajeros.

Dado que el turismo se ha convertido en el motor de la tímida recuperación de la economía lusa, el Gobierno de António Costa tomó nota de lo que estaba aconteciendo en el Humberto Delgado, y puso todo su apoyo detrás de una solución que se contemplaba desde hace décadas: la construcción de un segundo aeropuerto para la capital lusa. El espacio seleccionado para acoger el proyecto fue la Base Aérea Nº 6 de la Fuerza Aérea Portuguesa en Montijo, una infraestructura militar a las orillas del Tajo ubicada justo al otro lado del río de la icónica Praça do Comércio.

Protesta de los grupos ambientalistas

Cuando se anunció la decisión, grupos ambientalistas protestaron y señalaron que la proximidad del aeropuerto a la Reserva Natural del Estuario del Tajo pondría en peligro las más de 50.000 aves acuáticas invernantes que se refugian en el espacio protegido. Sin embargo, este jueves la Agencia Portuguesa del Medioambiente (APA) ha dado luz verde definitiva al proyecto, autorizando al Ejecutivo proceder con ello siempre y cuando tome unas medidas especiales –cuyo coste rondará los 48 millones de euros– para salvaguardar el espacio.

Si los problemas fueran apenas las aves, todo estaría solucionado, pero justo cuando se ha obtenido el visto bueno de la APA ha surgido un nuevo asunto que pone en duda el sentido de construir el nuevo Aeropuerto de Montijo. Según un estudio de la Universidad de Lisboa revelado por la cadena TSF, el terreno en el que se pretende construir la infraestructura se encuentra en una zona que se verá transformada por el cambio climático en unas pocas décadas, cuando subirá el nivel medio del mal a la vez que continúa el deshielo de los glaciares árticos.

La orilla del Tajo quedará sumergido

El informe geoespacial concluye que el espacio que la actual base aérea ocupa en la orilla del Tajo quedará parcialmente sumergido antes de 2050, imposibilitando su uso como aeropuerto. Seguir adelante con el proyecto iría en contra de las estrategias comunitarias de adaptación al cambio climático, que recomiendan evitar edificar en zonas costeras que se verán afectadas por el calentamiento global.

“Es un riesgo construir ahí”, alerta Carlos Antunes, especialista en ingeniería geoespacial de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Lisboa y coordinador del estudio. “A medio plazo el nivel medio del mar va a subir varios metros, y no es una tendencia que vaya a parar en 2100”.

Aunque el Gobierno ha indicado su deseo de avanzar con la operación, el jueves varias formaciones han cuestionado el sentido de emplazar una infraestructura multimillonaria en una zona que podría quedar sumergida, y exigido que el Ejecutivo estudie la cuestión. La formación más vocal en este sentido ha sido la ecosocialista Livre, cuya única diputada ha aprovechado el debate del Programa del Gobierno en la Asamblea de la República para expresar su preocupación.

Posibilidad de estudiar otras opciones

“Urge entender cómo es que se puede avanzar con este aeropuerto en un periodo de emergencia climática, y ver en qué medida la operación es coherente con nuestro objetivo de lograr un pacto verde para Europa”, ha sentenciado Joacine Katar Moreira.

Tanto los animalistas del Partido de las Personas, los Animales y la Naturaleza (PAN) como los marxistas del Bloque de Izquierda (BI) han mostrado su preocupación con el asunto, mientras que el Partido Comunista Portugués (PCP) ha censurado al Gobierno por apostar por una “opción estratégica desastrosa para el país” y exigido que se planteen otras opciones, entre ellas el emplazamiento del aeropuerto en la cercana zona de Alcochete.

Con un coste estimado de mil millones de euros –los cuales provendrán principalmente de las tasas cobradas por ANA – Aeropuertos de Portugal–, se prevé la apertura del nuevo Aeropuerto de Montijo en 2022. Como parte del proyecto, se habilitarán nuevos transbordadores que partirán cada 15 minutos para conectar a los pasajeros con el Terminal Fluvial de Cais do Sodré.

 
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