Alemania fija un impuesto al CO2 y prohíbe la instalación calderas de gasóleo
Son dos medidas que forman parte de las resoluciones de protección del clima anunciadas en septiembre, en las que el Ejecutivo alemán invertirá 54.000 millones de euros durante la próxima década
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Berlín
El Gobierno de Merkel ha dado luz verde al nuevo impuesto sobre el CO2 y a la prohibición de las calefacciones de gasóleo. Dos medidas que forman parte de las resoluciones de protección del clima anunciadas en septiembre, en las que el Ejecutivo alemán invertirá 54.000 millones de euros durante la próxima década. El objetivo es que Alemania alcance los objetivos climáticos vinculantes a nivel nacional e internacional para 2030.
En cuanto a la prohibición de los sistemas de calefacción de gasóleo, la medida se aplicará no sólo a la instalación en el futuro, sino también a los aparatos que ya están en uso. De modo que las calderas de gas o de gasóleo instaladas en 1991 o posteriormente sólo podrán funcionar durante 30 años a partir de la fecha de instalación, algo que ya está regulado por la legislación vigente, mientras que las instaladas antes del 1 de enero de 1991 no podrán seguir funcionando.
A partir del año 2026 están prohibidas las nuevas calefacciones de gasóleo; sin embargo, hay excepciones, como por ejemplo, en aquellos casos en los que la vivienda no pueda abastecerse ni con gas ni con energías renovables. Aquellos a los que se les reemplaza su antiguo sistema de calefacción de gasóleo por un modelo más respetuoso con el clima deberían recibir una "atractiva prima de cambio", según reza la decisión de los socios de la Gran Coalición, formada por el grupo conservador de CDU/CSU y los socialdemócratas del SPD.
Otro de los asuntos relevantes aprobados hoy se refiere al nuevo precio del CO2, un tema muy controvertido ya que Alemania gana miles de millones de euros a través del comercio de derechos de emisión.
En 2021 se cobrará una tasa de diez euros por tonelada de CO2. Hasta el año 2025 se elevará a 35 euros y se liberará posteriormente en el contexto de un comercio suprarregional con derechos de contaminación hasta un máximo de 60 euros. Como consecuencia, la gasolina y el gasóleo podrían resultar más caros, lo que supondría alrededor de tres céntimos por litro.
Según el proyecto de ley, en el futuro más de 4.000 empresas que comercializan combustible, gasóleo para calefacción o gas natural en Alemania comprarán derechos de contaminación.
Los nuevos proyectos de ley serán discutidos ahora en el Bundestag para su posterior votación en el Pleno.
